Nueve, nueve años tenía y ya buscaba ser una reina, no estaba segura si esto era buena idea, todavía me dolían los golpes que me había dado Carlos, pero era el momento.
Solo existía una forma de que se reconociera un nuevo reino, y era que sus miembros se batieran en duelo contra los miembros de algún otro reino, por lo que se pudiera considerar una especie lucha de independencia.
Por eso ahora era el momento. Michell, rey de uno de estos, estaba con los otros tres miembros de su reino, siguiendo su rutina de intimidación, todos solían apartarse para que los reyes pasaran, una oportunidad perfecta para nosotros.
Los reinos significaban una marca de dictadura, pero también significaban protección para quienes eran cercanos a estos. Los de tercer curso no teníamos ningún reino, por lo cuál se habían aprovechado de varios como apoyo para sus luchas a inicios del ciclo escolar.
Carlos y yo éramos los reyes, por lo cuál éramos los que decidíamos que hacer.
—¿Estas listo? —preguntó sin mirarme a la cara.
—Lo estoy —respondí de la misma manera.
Ambos caminamos tranquilos, sabiendo que no había vuelta atrás, una vez nos interpusieramos en su camino.
Nos páramos justo en medio del pasillo, y los demás junto detrás de nosotros lo bloquearon por completo, varios compañeros que estaban cerca se apartaron, probablemente intuyendo lo que ocurriría.
Finalmente giraron hacia este pasillo, Michell lideraba el grupo, mientras caminaban hacia nosotros.
—Apartense tengo un límite de paciencia —nos advirtió y sus tres acompañantes nos observaron en claro desafío.
—Soy Carlos Aliden —dejé que él hablara primero, pues aunque oficialmente éramos iguales, era obvio para todos quien estuvo más cerca de ganar esa pelea.
—Y yo Zuri Lefel, no somos inferiores a ti —declaré intentando mostrar firmeza, pero por dentro el miedo me consumía.
—Con que eso desean, bien, supongo que no me puedo negar a que haya un nuevo reino —dijo cerrando los ojos, un momento—. Como entenderán no me interesa que mi guardia real salga lastimada cuándo hay bastantes rivales más, así que demuestren lo que tienen en un enfrentamiento entre reyes —sonrió con notable confianza—. Supongo que eso les da una ligera ventaja en comparación a un enfrentamiento total ya que un dos contra uno es mayor ventaja que siete contra cuatro.
Sus palabras eran un burla más que un reto, sabía que al ser más éramos un peligro así que al ofrecernos lo que a vista simple era un ventaja, ella demostraba superioridad. Si aceptabamos significaba que éramos inferiores a ella y por eso necesitábamos ventaja, si no lo aceptabamos era una muestra de que no teníamos el valor para enfrentarla, lo cuál obviamente no significaba que no seríamos reconocidos como reyes.
—Lo aceptamos —hablamos Carlos y yo a la vez, por parte de los demás hubo cierta exclamación, pues los golpes que yo tenía todavía estaban sensibles.
Ella asintió y todos retrocedieron, excepto por nosotros tres y uno de los suyos, que daría la señal de inicio para el duelo. Pues por razones de estatus les correspondía.
Ella tomó posición de pelea justo en donde había estado parada, Carlos y yo retrocedimos dos pasos antes de tomar posición, aún así estábamos muy cerca, nos distanciamos lateralmente de modo que ofreceríamos una pelea parcialmente desde los lados.
Mientras su seguidor se paraba a un lado del centro para dar la señal de inicio del duelo.
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Misterios del Mundo.- Lo que Parece No Siempre es lo que Es
AventuraMi nombre es Zuri, y yo, bueno no soy tan normal como parezco a primera vista, la verdad es que fue una suerte que mis padres me pusieran al menos un nombre neutro, mi nombre completo es Zuri Ayleen Rain Lefel, y a pesar de lo que mi nombre apunta y...