Me llevaron a la enfermería y al chico también, pues mi amiga afirmaba que él me había hecho algo y todos lo habían visto empujarme, lo habían llevado para tenerlo cautivo hasta que sus padres llegarán por él, se notaba furioso, yo cada cierto rato soltaba un grito de dolor, esto nunca antes me había dolido tanto.
—Eres una dramática mentirosa, yo no te hice nada —me insultó.
—Ella no esta mintiendo —le respondió mi amiga, tenía que detener esto antes de que lo castigaran por algo que no había hecho.
Ó sea, el era culpable de que se hubiera desatado el cambio, pero lo castigarían por haberme golpeado algo que no era cierto.
—No es su culpa —dije entre gritos, ambos me miraron y la enfermera también—. Llamen a mis padres, ellos saben lo que me pasa —alcancé a decir.
Aunque no había forma de que fueran por ellos, a Eloísa la obligaron a ir a clases, mientras el chico y yo estábamos aquí, me dieron una bebida para el dolor, muy leve, pero lo suficiente para que pudiera soportarlo—. ¿Como te llamas? —pregunté cuando inició a hacer efecto.
—Yostin Bradier —respondió—. ¿Y tu exagerada?
—Zuri Lefel —presione con fuerza mis dientes para contener otro grito de dolor—. Y si sintieras el dolor que estoy sintiendo también gritarías y llorarías como yo.
—No entiendo, porque dramatizas tanto —se quejó.
—Un cambio, asi lo llamo a lo a que me esta pasando, aunque no suele doler tanto —dije cada vez más agotada—. No se, si pueda mantenerme despierta mucho más tiempo, pero dile a Eloísa que vaya a mi casa cuando pueda, tengo que hablar con ella.
El asintió, a la hora de la salida recién dejaron a mi hermana venir a verme, vio al chico con una mirada que luchaba por ser neutra y luego se acercó a mi.
—¿Es un cambio? —preguntó, yo asentí—. No te resistas, sabes que duele más y dura más tiempo, si te intentas resistir —era fácil para ella decirlo, no era ella a la que le pasaba una o dos veces al año.
—Pero es que no quiero que pase —me negué, aunque sabía que ella no lo controlaba—. Se que puedo controlarlo.
Ella bajo la cabeza frustrada—. Hay que esperar que Maicol salga de clases para llevarte a casa —indicó.
—¿Por que esto me tiene que pasar a mi? —pregunté.
—No lo se hermanita, no lo se —respondió—. Pero vele el lado positivo, ya no tendrás que usar este horrible vestido por al menos unos meses —reí ante ese comentario, ella tenía razón, al menos ya no tendría que usar este tonto vestido que me evitaba correr—. Bueno iré a cambiarme, con esto puesto no podré cargarte —dijo y salió de ahí.
Cuándo mi hermano llegó el decidió cargarme hasta casa, en casa mis padres fueron por el doctor que me solía atender durante los cambios, pero no fue solo, fue como siempre con su hija que tenía mas o menos mi edad, Liz, me caía bien aunque no nos viéramos seguido.
El doctor me puso un suero para darme algo contra él dolor, pero me puso muy poco, dijo que como ahorita mis niveles de sangre están bajos por el cambio, no puede darme más y que debería dejar de resistirme al cambió, pues eso reducirá aun más la cantidad de sangre que tengo y es peligroso.
Claro es fácil decirlo, como de él no es de quién se burlaran, cuando llegué al colegio después de este cambio.
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Misterios del Mundo.- Lo que Parece No Siempre es lo que Es
AdventureMi nombre es Zuri, y yo, bueno no soy tan normal como parezco a primera vista, la verdad es que fue una suerte que mis padres me pusieran al menos un nombre neutro, mi nombre completo es Zuri Ayleen Rain Lefel, y a pesar de lo que mi nombre apunta y...