Capítulo 33.- Burlas 2da parte

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No tomo mucho tiempo para que mis oídos fueran asfixiados por las burlas y risas de todo el mundo, eran tantas que no lograba entenderlas todas, ni saber quién las decía.

"—Miren esta llorando la bebita.

Seguro mancho su pañal.

—Miren después de todo si es una niña."

— ¡Zuri! —oí un grito doble y justo después sentí unas manos sujetándome.

Pero mi mente estaba totalmente aturdida, todos insultándome, todos burlándose de mi estaba totalmente humillada, deje de ser capaz de distinguir lo que veía frente a mi por el llanto, las lágrimas se habían acumulado en todo mi rostro, las burlas que mis compañeros daban hacia mi estaban aturdiendo mis oídos.

Mi vestido favorito roto, mi ropa interior expuesta y yo vestida como bebe en medio de la cancha de la escuela, rodeada por todos los alumnos del colegio me sentía totalmente humillada, describirlo es casi imposible, creó que hubiera sido mejor que me matarán o algo asi

—Tranquila Zuri no es para tanto —dijo Gabriela.

—¡¿Qué no es para tanto?! —le grité enojada—. Te das cuenta de que fue lo que me hicieron.

—Tranquila Zuri, Gabriela solo intenta tranquilizarte —explicó Elías—. Además si sigues moviéndote no lograremos desatarte.

—¡Como si pudieran desatarme!, ¡van horas con esos nudos! —continué.

—Solo han pasado unos minutos —respondió Gabriela.

—Y el baño esta vacío, ya nadie te esta viendo —añadió Elías.

—¿El baño?

—Ves te lo dije, ni siquiera se dió cuenta cuándo la metimos aquí —hablo Gabriela.

—Bién, tienes razón supongo que si es más sensible de lo que parece —respondió Elías

—Listo uno menos —dijo Elías retirándome el palo que tenía a mi costado derecho—. Solo faltan...

—Ocho —completo Gabriela retirando el de mi otro costado.

—Te apuesto a que yo logró quitarle más de estos palos que tu Gabriela.

—Yo ganaré.

—¡Yo no soy sensible! —les grite—. ¡¿Y en que baño estamos?!

—En el de niñas es obvio, los que te molestan fueron puros chicos, no podíamos arriesgarnos.

—0Entonces te metiste al baño de niñas Elías —reí ligeramente sentí como Gabriela me limpió algunas lágrimas del rostro aunque estas seguían saliendo.

—Bueno, mi mejor amiga necesitaba ayuda, y el problema que tuviste hoy es bastante malo.

—Tienes razón y ahora que lo pienso ni siquiera se dió cuenta cuándo le quitamos el chupón Elías.

—Tienes razón, sin duda le tuvo que afectar bastante para no darse cuenta.

—¡No hablen de mi como si no estuviera presente!

—Espero que Lena llegué pronto con ropa para ti —explicó Gabriela.

—Claro, asi no tendremos que ser nosotros los que tendremos que desvestirte —respondió Elías.

—¡¿De qué rayos hablan?!

—De que no hay forma de que te saques esta ropa de bebe solo —respondió Gabriela

—Y suponemos que preferirás que fueran Lena y Liz quiénes te ayuden con eso, después de todo ellas ya conocen bién tu cuerpo —añadió Elías, al que obviamente golpee aprovechando que ya podía mover mis brazos—. ¿Y eso por qué fue?

—Sabes que no le gusta aceptar que depende de otros hasta para ir al baño cuando ocurren sus cambios —oí la risa de Liz—. Ya deja de llorar Zuri, verás que para mañana todos lo habrán olvidado.

—Lo dudo.

Misterios del Mundo.- Lo que Parece No Siempre es lo que EsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora