Capítulo 56.- Estudiando

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Era domingo, domingo a las nueve de la noche para ser exacta, me la había pasado estudiando dos días enteros, ayer casi ocho horas, hoy más de diez horas.

Me sentía agotada, pero no podía arriesgarme a perder la beca. Si perdía la beca tendríamos que mudarnos a Nefer para que pudiera continuar mis estudios, y eso significaría volver a quedarme sin amigos en clase.

Aunque ahora que se pelear, por lo que no sería acosada, no podía quedarme sin Gabriela y Elías, perder a Eloísa me lo había dejado claro, necesitaba de ellos.

Finalmente completé el último ejercicio que me dispuse a hacer, levanté el candelero de la vela que estaba usando, para revisar una vez más el ejercicio con mejor luz antes de corroborar el resultado.

Era correcto, nueve de los últimos diez me habían salido bien. Supongo que era suficiente por ahora, esto compensaría el tiempo que perdí en mis entrenamientos.

Caminé hasta mi pequeña ventana para observar la luna antes de dormir, su luz tranquila y apacible era uniforme, exceptuando por un pequeño grupo de luces en la mancha lunar conocida como Mar de la Tranquilidad. Algunos decían que esas luces eran lo que sobraba de la gran civilización que existió antes de la guerra del invierno.

Se supone que en ese tiempo no estábamos limitados a la atmósfera de nuestro mundo. Mientras más pensaba en eso menos creíble me parecía, estaba claro que en el pasado tenían tecnologías que ya hemos olvidado, pero salir del planeta... Dudo mucho que en realidad sea posible.

Tenía que haber otra explicación para esas luces, después de todo, si fueran terrestres ¿cómo podrían seguir brillando tras tanto tiempo sin apoyo de tierra?

Mi vela estaba muy corta ya, la sople y deje el candelero en la mesita en la que estaba estudiando un rato antes, la misma en la que ponían mis sensores de seguimiento cuándo me llegaba algún cambio.

La Oscuridad cubría finalmente mi habitación, espere un poco a que mis ojos se acostumbraran a la luz. Me sentía muy nerviosa por la llegada de los exámenes así que necesitaba relajarme.

Por esa razón hice algo en lo que nunca había pensado, abrí mi armario, el cajón inferior. El objeto l9 había dejado Liz hace tanto tiempo que apenas lo recordaba. Me lo meti en la boca y use mis manos para atar sus correas alrededor de mi cabeza, así no se me caería mientras dormía, inicié a chuparlo lentamente mientras cerraba mi ropero y volvía a mi cama.

Cuándo Liz dejó este chupón tras aquella pijamada no creí que lo volvería a usar, pero no encontraba una razón para no hacerlo ahora, después de todo se suponía que tenía la función de calmar a los bebés, ¿por qué no podría ayudar a que yo me relajara?

Misterios del Mundo.- Lo que Parece No Siempre es lo que EsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora