Capítulo 15.

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Volví a mi habitación flotando en una nube rosa de algodón de azúcar. Intenté dejar de sonreír mientras subía las escaleras, y lo logré... como por dos segundos. En ese momento, era algo imposible, y aunque me sentía un poco tonta y la mayoría de las chicas me observaban extrañadas mientras pasaba frente a ellas, estaba feliz. Nada más me importaba.

Caminé lentamente por el corredor de mi cuarto. Como siempre, la puerta estaba abierta. Ni siquiera eso me importaba ahora.

Entré. Catt estaba recostada sobre su estómago en la cama dibujando en su cuaderno, con los audífonos puestos y la música sonando fuertemente. La observé un momento desde el umbral de la puerta. No acostumbraba a guardarme las cosas buenas solo para mí, siempre había tenido a alguien a mi lado a quien contarle lo que me sucedía, bueno y malo, pero especialmente lo bueno. Debía contárselo a alguien, era casi una necesidad, y Catt era la mejor opción. Me lo había demostrado.

Me acerqué a ella y empujé los audífonos fuera de su cabeza. Ella me observó exaltada.

-¿Crees poder guardar un secreto de chica?- pregunté rápidamente arrodillándome frente a ella en la cama.

Ella me observó un momento sin decir nada.

-No me digas...- susurró. Yo sonreí. -¿Lo besaste?- preguntó llevándose las manos a la boca.

-Tal vez... ¿Qué dirías a eso?- pregunté hablando lentamente, aún sin saber completamente si quería contárselo o no.

Ella guardó silencio un momento más, aún cubriéndose la boca con las manos. Luego comenzó a gritar y corrió hacia la puerta para cerrarla y volver gritando hacia donde yo estaba. Tomó mi mano, sin dejar de gritar, y me arrastró hasta la cama. Se sentó y yo me senté frente a ella, riendo.

-No puedo creerlo, Maddison.- dijo, dejando de gritar solo para tomar más aire y hacerlo una vez más. -Es un profesor... Realmente... no sé lo que creo de todo esto, pero debes contarme lo que sucedió de todos modos.- dijo observando toda la habitación, algo confundida. -Vamos, cuéntame.

Le hablé sobre lo que había pasado esa tarde. Cómo él me había llevado a esa cafetería sin aclararme el porqué y luego cómo me habló sobre su vida y su familia. Le dije sobre el primer beso que yo intenté darle, al que reaccionó justo como esperaba que no lo hiciera, y luego cómo él me había besado y traído de vuelta. Se despidió de mí con un corto beso también y acordamos la próxima cita para el lunes luego de clases.

Catt me escuchó atentamente y luego me hizo jurarle que no iba a meterme en más problemas. Ella sabía que me habían expulsado de mi anterior instituto por mala conducta y si se enteraban lo que había pasado con Harry ahora no solo yo tendría problemas, también los tendría él. Prometí comportarme, porque realmente no sabía qué ocurriría con nosotros después de esto.

Nosotros... ¿Siquiera habría un nosotros?

Durante el fin de semana me acerqué varias veces al edificio universtario pero no lo vi. Nunca lo veía los sábados o domingos, solo par de veces caminando por los corredores de la escuela cargando cajas y libros, pero realmente no sabía qué hacía en su tiempo libre.

¿Qué hacía en su tiempo libre? Era algo que me gustaría averiguar. Tenía una inmensa necesidad por conocerlo, era lo que más quería, pero debía ser paciente. Él se había abierto a mí de una manera que no esperaba en nuestra última cita. Ese era un gran avance.

No pude verlo, pero vi algo que también llamó mi atención. Era Ben. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que habíamos hablado, meses. No había extrañado hablar con él en realidad, había sido un estúpido conmigo.

Best Mistake {h.s.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora