Capítulo 23.

271 18 7
                                    

"Pronóstico del tiempo para este sábado: soleado con suaves brisas desde el sur, temperatura cálida, ideal para una tarde en el campo. ¿Qué dices?"

-¿Quién es?- preguntó Catt del otro lado de la mesa con una sonrisa cómplice.

Alcé la mirada de mi celular a ella, solo entonces notando que estaba sonriendo ampliamente. Dejé de hacerlo de inmediato.

-Oh, es...- balbuceé sin responder.

-¿Ben?- preguntó Lucy a mi lado. Todos los demás chillaron infantilmente, emocionados. Yo intenté reír naturalmente, pero no fui nada convincente.

Aún no les había contado lo que había pasado el domingo. No planeaba hacerlo por el momento. Al parecer no habían notado que habíamos estado completamente distanciados otra vez toda esa semana.

-No es él.- respondí.

-¿Entonces?- insistió Karley. 

-Solo es... alguien. No es de su incumbencia.- dije con una sonrisa fingiendo seguridad, pero algo nerviosa de que tomaran mi celular a la fuerza y vieran que en realidad el mensaje era de Harry.

-Maldita perra, no creas que podrás ocultárnoslo por mucho tiempo.- exclamó Andy haciendo que todas rieran. Yo también lo hice, pero la idea de todos sabiendo lo que Harry y yo teníamos era bastante abrumadora.

Me levanté de la mesa y corrí a mi habitación. Una vez allí, cerré la puerta y la aseguré para realizar mi habitual rutina de cambio de look unas cinco o seis veces antes de salir. Estuve a punto de decidirme por un lindo vestido de primavera rosa claro, pero no se vería igual de lindo sobre la motocicleta. Terminé cambiándome a mis habituales jeans con rodillas rasgadas y un sweater liviano verde lima. Me puse sandalias ya que el clima de ese día lo permitía y no iba a desperdiciar una oportunidad así. Guardé un par de cosas en mi bolso y bajé para dirigirme al estacionamiento. 

Harry como siempre estaba allí esperándome ya sobre la motocicleta. Su vista estaba sobre la pantalla de su celular pero al oír mis pasos en el concreto dirigió su atención a mí y sonrió. Corrí los pocos metros que me separaban de él y lo besé. La idea de saludarlo con un beso aún me hacía sentir un nudo en el estómago pero adoraba ese sentimiento cuando era provocado por él. 

-¿Cómo estás?- preguntó aún sobre mis labios, cruzando sus brazos detrás de mi cintura y atrayéndome más cerca de él. Por un momento deseé quedarnos allí por más tiempo, pero realmente no era seguro. Me alejé de él un poco y tomé el casco que me extendió. 

-Estaré mejor cuando salgamos de aquí.- sonreí, aunque él ya no podía verme haciéndolo. De todos modos me sonrió de vuelta y me subí a la motocicleta detrás de él. Abracé su torso y apoyé la cabeza en su espalda mientras él se colocaba el casco. 

Pocos minutos después estábamos avanzando por la carretera vacía. La brisa cálida se sentía algo fresca en mis manos y filtrándose entre los tejidos calados de mi sweater pero de igual modo era agradable.

El día estaba realmente hermoso, aún quedaban al menos dos horas de sol alto y caliente, por lo que podríamos disfrutar de una linda tarde, o eso esperaba al menos. 

Faltaban unos dos kilómetros para el pueblo cuando Harry se orilló. Bajamos y dejó la motocicleta junto al cercado de rocas que se extendía hasta el pueblo. Levantó el asiento y sacó un canasto típico de día de campo, artículo que no parecía ser suyo y que me causó algo de gracia verlo cargar.

Caminamos adentrándonos en la pradera, esquivando árboles y grandes formaciones rocosas, hasta que un arroyo cortó nuestro camino. Era angosto, pero no lo suficiente como para cruzarlo a pie. Supuse que sería el mismo arroyo que corría por el pueblo también.

Best Mistake {h.s.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora