Best Mistake {h.s.}

Capítulo 12.

Mis siguientes dos citas con Styles fueron igual de terribles. El miércoles nos reunimos en la biblioteca. Yo comencé a leer un nuevo libro y él terminó de calificar un par de exámenes. Nuevamente ninguno de los dos habló.

Esa tarde me pregunté si realmente Hooksenberg era consciente de lo mal tutor que él era. No podía creer que lo hubiera descripto como uno de los mejores profesionales de su escuela.

La cita del viernes fue realmente mala. Intenté darle una oportunidad, pero me respondió de forma terminante y no pude decir una palabra más después, pues si lo hacía acabaría llorando. Decidí que había tenido suficiente y simplemente volví a mi habitación luego de veinte minutos. Él no me lo impidió.

Me duché y vestí con mi pijama, ya que la única muda de ropa que me quedaba estaba sucia. Mi padre había prometido enviar más ropa cuanto antes, pero aún no estaba en casa y sería imposible por el momento. Tendría que conformarme. Lo estaba haciendo realmente bien.

Al abrir la puerta del baño a la habitación vi que en nuestro cuarto estaba lleno, como siempre. Me forcé a sonreír, aunque en realidad estaba cansada. Mi día había sido largo y agotador, pero siempre me haría bien algo de compañía.

-¿Me perdí de algo?- pregunté al ver que todas tenían uno de los sacos de la lavandería lleno a sus pies.

-Eh... no.- dijo Rachel seriamente. -Tranquila, solo vamos a... iniciarte.- murmuró casi aterradoramente.

Mi rostro se tensó. Todo mi cuerpo se tensó en realidad. Entonces todas ellas rieron.

-No es cierto, Mad... Solo... tenemos algo para ti.- dijo Karley parándose de la cama. Me extendió el saco, al igual que todas las demás.

-No entiendo, chicas... ¿Qué es esto?- pregunté.

-Ábrelo y verás.- sonrió Catt.

Las observé un momento. Me miraban ansiosas, lo que me hizo reír. Me senté en el suelo y abrí uno de los sacos, el de Catt. Estaba lleno de ropa. Su ropa. Camisetas negras con extraños logos, leggins y jeans rasgados desprolijamente por ella misma de seguro.

-Esto... es tuyo.- dije mirándola.

Ella blanqueó sus grandes ojos azules.

-No, es tuyo ahora, Maddisson.

-¿Qué?- pregunté, cada vez más confundida.

-Vamos, no tienes nada de ropa y es viernes. No puedes pasarte el fin de semana en pijamas. Además mañana es tu primera clase. Queremos que luzcas decente.- respondió ella sonriente.

-Sabemos que no somos las más fashionistas del mundo y que nuestra ropa probablemente te produce arcadas la mayor parte del tiempo,- dijo Karley haciendo que todas riéramos. -pero hicimos un gran esfuerzo buscando cosas que puedas usar.- sonrió.

Abrí los demás sacos. Todos estaban llenos por su ropa.

Una sensación de calidez creció dentro de mí. No pude evitar reír, lo que estaban haciendo era muy tierno.

-Esto... no debían hacerlo, chicas. En serio.- dije entre risas.

-Sí, teníamos que. Eres nuestra amiga, Maddie.- dijo Lucy sonriendo, sus mejillas con pecas hundidas por sus hoyuelos.

Volví a reír. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi estómago dolía. Nadie había hecho algo así por mí antes. Luego de otro tonto abrazo de grupo y un par de bromas con respecto a las tallas de la ropa, accedí a probarme todo lo que me habían dado. No era ropa que yo habría comprado, para nada. Las camisetas de bandas de rock de Rachel, los pantalones de Catt, esos gigantescos sweaters que Karley adoraba, los vestidos lisos de corderoy de Gina y las sudaderas coloridas con mensajes de "salva el planeta" de Lucy. Nunca habría usado esas cosas, pero ahora lo haría solo porque ellas me las habían dado. Había cosas con las que trabajar en realidad, tal vez podría ingeniármelas para verme bien con su ropa y crear un nuevo estilo. Sería todo un desafío, pero sería divertido.