Capítulo 22.

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Dos meses pasaron desde aquellas vacaciones en Nueva York que me hicieron ver la realidad, y faltaban dos meses más para mi examen final. Eso me dejaba solo ocho semanas más de escuela secundaria, por lo que realmente estaba emocionada.

Al principio tenía pensado qué iba a usar el día de mi graduación, pero ese mismo día comprendí que en realidad no tendría una, solo me entregarían un par de documentos en una oficina, o peor, me llegarían por correo directamente a casa. Eso me decepcionó, pero me convencí de que no me importaba. Sería estúpido dejar de graduarme solo porque no podría ser la reina del baile o ser la más bonita en la ceremonia. 

El invierno quedaba atrás de a poco, e Inglaterra comenzaba a hacer méritos por sus encantos de primavera, entre ellos el lindo clima que nos permitía pasear algunas veces por las tardes por el campo sin la necesidad de cinco abrigos, las aves cantando nuevamente en las ramas de los árboles, las flores de campo que eran realmente hermosas, y la ropa que Harry usaba en la época. 

Nuestra relación seguía de la misma manera, pero realmente me gustaba. Estábamos bien, seguíamos conociéndonos, yo seguía enamorándome de él y hacía mi mayor esfuerzo por causarle el mismo efecto que me causaba. Me había llevado a su habitación varias veces más, pero nunca logré que siquiera se quitara la camisa, lo que tomaba como un fracaso, pero que me hacía sentirme incluso más atraída a él. Una o dos veces por semana salíamos del campo y me llevaba a patinar de noche o a tomar café y cheesecake a la confitería, o solo andábamos por la carretera hasta que encontrábamos un lugar bonito para sentarnos a conversar cuando el clima lo permitía. 

Había tomado su consejo e intentaba disfrutar de cada día que me quedaba en la secundaria. Intenté no faltar a ningún evento y participar en todas las actividades posibles, como concursos de literatura o la feria de ciencias, como también disfrutar de mis amigos. Había comprendido que ahora ellos eran los únicos que tenía, pero estaba conforme. Junto a ese grupo de inadaptados sociales me había sentido más acompañada de lo que nunca me sentí en mi antigua escuela, rodeada de chicos populares y cientos de ilusos que querían unirse a nosotros.

Ben y yo también nos habíamos acercado un poco más. Cosmopólitan siempre decía que toda chica necesita un amigo chico, es como un vestido negro en tu clóset: imprescindible. Tenía a Andy también, pero... no contaba del todo como chico. Solo estaba siguiendo aquel consejo al principio, pero luego de unas semanas realmente comenzó a gustarme pasar tiempo con él. Cuando no tenía que hacer algo que sus amigos pudieran llegar a desaprobar, era un gran amigo.

Esa tarde lo había estado ayudando con Física, otro de sus puntos débiles. Era un chico listo y aprendía rápido, pero estudiaba muy poco, así que nos reuníamos todos los días una hora para repasar y hacer las tareas del día.

Todos sus cuadernos estaban esparcidos por la mesa de la biblioteca que estábamos usando. Él escribía muy concentrado en su cuaderno mientras yo terminaba con el informe de Literatura sobre Hamlet en mi computadora.

Lo releí por completo y decidí que era digno de un diez, así que lo guardé y lo envié a la impresora para entregarlo el lunes siguiente. 

-Hey, Shakespeare.- llamé su atención.

Últimamente lo llamaba de esa manera porque él había mencionado varias veces que no le gustaba leer, pero había adorado Hamlet y desde entonces intentaba agregarle ese toque de romanticismo y tragedia a cada cosa que escribía.

Él alzó la mirada y sonrió.

-¿Quieres ir a buscar mi informe a la impresora? Mis piernas aún duelen mucho, la entrenadora Krogs me hizo correr diez vueltas alrededor del campo por llegar tarde a la clase de educación física.- dije apoyando la cabeza sobre mi mano. 

Best Mistake {h.s.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora