Best Mistake {h.s.}

Capítulo 25.

Una semana después de mi maravillosa cita con Harry, en todos los salones aparecieron afiches que pedían colaboradores para el comité de organización de eventos, que estaría dirigido por Dowers, y donde Harry también participaría. Por ninguna razón en el mundo iba a quedarme fuera. No era que no confiara en él, en realidad mi problema era con ella. Seguía odiándola, aunque Harry me había dicho que solo eran amigos porque tenían varias clases juntos en la universidad. Luego de un par de encuentros, realmente me gustó estar en el comité y dejé de hacerlo solo por Harry, aunque él hacía que fuera incluso mejor. Todos valoraban mucho mis ideas; me sentía en mi entorno.

-Sabes...- dijo Jean, la chica del último año con la que estaba trabajando en el anuario en la biblioteca esa tarde. -Creo que extrañaré la escuela secundaria después de todo. No ha sido fácil, pero... tú sabes... la vida adulta no es algo que quiera experimentar todavía.- dijo, su voz algo apagada mientras hablaba.

-¿No te emociona pensar en el futuro? ¿La universidad?- pregunté sorprendida. 

-¿Qué? No.- rió. -Siento que la vida pasa volando frente a mis ojos... Siento que... no disfruté estos años como debí hacerlo, y ya no me queda tiempo. Lo gasté todo queriendo pasar a la siguiente etapa de mi vida, y ahora solo quiero que se detenga y me deje respirar, y sentirme libre una última vez y... despedirme de mi adolescencia, supongo.- se encogió de hombros. Apoyó el lápiz sobre la hoja otra vez, pero no lo movió. Solo volvió a dejar caer su mano y alzó el rostro, observando el alto techo de la biblioteca. Pude ver el brillo de las lágrimas cubriendo sus ojos verdes. Realmente no sabía qué decirle. -Tienes suerte... Aún te queda tiempo aquí. No lo desaproveches.- finalmente sonrió.

Le sonreí de vuelta, intentando mostrarme comprensiva, ya que por primera vez no tenía palabras. Decidí no decirle que en realidad yo también estaba viviendo mis últimas semanas en la escuela secundaria. Nunca lo había pensado de esa forma antes.

Tal vez a eso se refería Harry. Él no pudo saborear esa última parte de su adolescencia porque estaba en la universidad. Viéndolo de ese modo, hasta parecía un poco aterrador.

El silencio de la biblioteca fue interrumpido por fuertes pisadas que atravesaron el lugar en pocos momentos. Jeann y yo nos sobresaltamos y esperamos a ver quién venía, al igual que los demás alumnos que trabajaban en la zona de computadoras y cerca.

Me sorprendí bastante al ver a Lucy corriendo directamente hasta mí.

-Aquí estás.- dijo jadeante, apoyando sus manos sobre sus rodillas para recuperar el aliento. -Aún no puedo creerlo... Margareth está furiosa.- agregó secando el sudor de su frente con la manga de su camisa.

-¿Qué sucedió?- pregunté sin poder dejar de lado mi sorpresa.

Ella no respondió. Se acercó a nuestra computadora y minimizó todas las ventanas que estábamos utilizando. Abrió la plataforma de la escuela y esperó a que las noticias se actualizaran: la primera hablaba sobre la explosión de una sustancia en el laboratorio que había dejado el lugar aislado por la próxima semana, la de abajo sobre la pronta graduación, y la tercera sobre las elecciones estudiantiles.

Todos habíamos participado, en realidad no teníamos otra opción. La plataforma de la escuela tenía una aplicación para votar que se descargó automáticamente y si no votabas lo que hacía era bloquear el servicio de mensajería. Era brillante. Supimos del proyecto meses atrás ya que Andy había sido uno de los programadores y nos advirtió al respecto. Tuvimos toda una semana para votar, y el conteo fue automático. Al parecer, el panel estaba completo, a exepción de un lugar: la presidencia, en la que había habido un empate: Margareth (por supuesto) y yo. 

-¿Qué demonios?- exclamó Jean. -¡No sabía que querías ser presidenta, de otro modo te habría tratado con mucho más respeto!- rió dejando el cuaderno que sostenía sobre sus piernas encima del largo escritorio donde estaban las computadoras.