—Seguimos a las puertas de la comisaria de Sant Climent. Tras ese cristal hay una familia desolada por la desaparición del pequeño Sergio, el niño de 6 años que ha conmocionado al mundo desde que hace una semana se confirmase gracias a las grabaciones de seguridad que salió del parque de la mano de un presunto desconocido.
El contacto de la familia solo nos ha podido asegurar que esperan impacientes el regreso de su pequeño y desean que todo esto quede como una horrible experiencia que puedan olvidar porque no haya nada que lamentar.
Luis la abraza por la espalda tras la cámara de la reportera que continua dando el parte a los medios para los que trabaja. Aitana tiembla como si fuera la primera vez que escucha la información, como si no llevase más horas a sus espaldas sin poder dormir de las que cualquiera podría contar.
— ¿Qué haces aquí fuera?
—Necesitaba respirar —argumenta reprimiendo el carraspeo que su garganta le pide.
— ¿Te han preguntado algo? —Aitana niega, la verdad es que en esta ocasión la prensa ha sido bastante más considerada que el día anterior.
—Vamos dentro, no llevas chaqueta y empieza a hacer frio.
No tiene ganas de rechistar, no tiene ganas de nada. Le sigue de cerca con los brazos cruzados bajo el pecho y la barbilla apuntando al suelo, Aitana se deja caer en una de las sillas de la sala de espera y Luis se acerca a la tía de su novia ofreciéndole un té.
—Gracias...
— ¿Cómo ha ido la reunión?
—Lo mismo de todos los días, siguen buscando y esperan encontrar pistas —suspira, ya ni siquiera le quedan lágrimas por llorar— Toni ha insistido en ir con ellos, no sé cómo le han dejado.
La puerta de comisaria vuelve a abrirse, Cosme y Belén entran cargados de cafés para todos los que quieran tomar.
—Luis ¿por qué no te la llevas? No quiero que pase tanto tiempo aquí —suplica la tía de Aitana observando a su sobrina— Marchaos a descansar.
—No querrá que te dejemos sola...
—Está mi hermana y Cosme, voy a hablar yo con ella —propone poniéndose de pie.
La mujer se pone de cuclillas, acaricia el peluche del que la catalana no se ha despegado en seis días y le habla en voz baja. Niega, la mujer insiste y ella sigue en sus trece hasta que se acerca su padre a colaborar con la causa. No quiere seguir escuchándoles, se marchará si quieren.
— ¿Te vas sin mí? —pregunta Luis saliendo apresuradamente tras ella.
—No sabía si querías...
—Claro, no quiero, por eso estoy aquí —niega hastiado—. Vamos al coche.
Aitana se sube al lado del copiloto, encoge las piernas contra el pecho y se permite sollozar hasta que él también sube. Luis no arranca, tiene cientos de palabras atragantadas.
—He llamado ya —informa consiguiendo que Aitana le mire—, me conceden el primer mes de baja y solo tendré que ir uno a Alemania pero quizás el año que viene me toque recuperarlo...
— ¿Puedo hablar?
— ¿Alguna vez te lo he impedido? —pregunta cortante.
—Sigo sin querer que pares todo tu mundo por mí, no es justo.
—Lo que no es justo que lleves sin mirarme a la cara desde ayer por querer quedarme para cuidarte. Parece que moleste, joder.
—Sabes que no es eso —murmura secando una lagrima.
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Arena
FanfictionNo os voy a contar nada, su historia no se cuenta, se vive. Nadie hace preguntas porque son ellos, con sus circunstancias y sus cosas. Historia Aiteda (Mundo paralelo)