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— Eres tan lindo. —susurró para sí mismo sonriendo adorablemente.— Oh, Yoonie, ¿qué dirías si me vieras aquí? —se levantó del suelo y sacudió suavemente su ropa.

Volvió a sujetarse del alto mueble que contenía un montón de libros científicos y asomó su cabeza una vez más, observando al lindo chico pelinegro acomodarse los lentes antes de comenzar a meter la pila de libros que llevaba en sus brazos en los estantes correspondientes.

Salió de la biblioteca y caminó por el pasillo con su típica sonrisa socarrona, sintiéndose bien al ver a tantas personas mirándolo, admirando la belleza del chico popular de la universidad.

— ¿Otra vez en la biblioteca? —una voz conocida le hace girar su mirada, sonriendo al instante.— Si no te conociera, creería que estudias ahí todo el tiempo y que debes obtener geniales calificaciones. —se acerca a él, revolviendo su cabello y caminando luego a su lado.

— Ojalá fuera tan fácil para mí estudiar, no puedo concentrarme en nada. —ríe.

— ¿Qué tanto haces ahí? Hace una semana te quejas porque te obligaron a ir para buscar un libro y ahora parece que vives ahí.

— No exageres.

— ¡El punto es que pasas mucho tiempo ahí! Ya dime qué haces, somos amigos.

— Bien, ¿recuerdas que te dije que había un chico estudiante de aquí trabajando como voluntario en la biblioteca? Pues, creo que es lindo, me gusta ir a verlo. Es todo, Nam.

— ¿Todo? —se detuvo levantando una ceja.— Tae, ¿puedes decirme cómo se llama?

— ¡Se llama Yoongi! Tiene 17, está aún en la preparatoria, pero es una ternura, ¿sabes? Es taaan adorable, quiero darle de comer en la boquita, ay. —presionó sus propias mejillas mirando a la nada con ilusión, pensando en el chico de quien estaba hablando.— Va en quinto semestre, en el grupo C, no habla mucho y suele pasar su tiempo en la biblioteca, me gusta él, me gusta ir a verlo mientras trabaja. —dice mientras su amigo lo mira confundido, era tan raro.

— Eres un maldito acosador. Lo viste hace una semana por primera vez y ya sabes todo de él, además, es aterrador que lo observes a escondidas.

— ¡No puedo evitarlo, Nam! Es hermoso, me encanta.

— Solo falta que ahora me digas de qué marca es su ropa interior.

— ¡Oh! La sudadera que tenía hoy es floja y cuando levantaba sus brazitos se veía un poco, Calvin Klein. —saca su celular.— Tengo foto, ¿quieres verla?

— No. —aleja el celular de su rostro.— Enserio, eso es aterrador, Tae. Pobre chico.

— Él tiene la culpa, ¿por qué tiene que ser tan lindo? ¡Aquí la víctima soy yo! Ocupa mi mente todo el tiempo, a quién está dañando es a mí.

— Estás loco.

— Pero me amas.

— Uh, si. —habla con sarcasmo, recibiendo un golpe en la cabeza de parte de su mejor amigo.— Ya, ya, cálmate, si te amo.

— Bien. —sigue caminando. Nam lo mira desde atrás y segundos después, lo sigue.

Taehyung era una de esas personas a quien le gusta todo el mundo. Un día le gustaba un chico, al día siguiente otro y así sucesivamente, todo el tiempo.

Nunca lo había visto "enamorado" de la misma persona por una semana consecutiva completa, y menos de esa forma, parecía estar completamente obsesionado por aquel chico de la biblioteca, ese tal Yoongi.

Ni siquiera lo conocía, pero ya le agradaba; el mantener atrapado a Tae de esa forma no era fácil y ese chico lo había logrado sin siquiera saberlo.

¿Por qué no darle un empujón a su amigo?¿Qué tan malo podría ser intentar conocer a ese chico? Quizá Tae lo amaría aún más o quizá deje de hacerlo, quien sabe, pero había posibilidad de que éste pudiese tener una relación seria por primera vez en años, una que quizá si dure más de un mes.

No era necesario mencionarle a Yoongi que Taehyung estaba un poco obsesionado por él, ¿cierto? Esa pequeña obsesión no traería problemas, claro que no.

Claro que no.

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Cute Yoonie 태기 TaeGi •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora