Cute Yoonie 태기 TaeGi •

30.

— ¿Estás bien, bebé? —susurró en el oído de su novio, aprovechando que estaban solos.

— Duele, solo... no hay que levantarnos de aquí en todo el día. —río, recargando su cabeza en el pecho del mayor.

— Lo lamento.

— No importa. —sonrió y levantó su rostro.— Gracias.

— ¿Por?

— El juego, me gustó.

— También a mí. —sonrió. No existe persona perfecta, solo existen quienes son perfectos para alguien más y Yoongi lo era para él.

El menor rompió la poca distancia para besarle. Se sentía tan malditamente adicto a él y seguía tan agradecido por haberle conocido, que de entre tantas personas, haya sido él quien le llamó la atención.

— Ahora no. —se separaron al escuchar la voz de Jimin, mirándolo a él y a Jungkook apenados.

— ¿Y los demás? —preguntó Tae, tratando de desviar la atención.

— En la cocina. —se sentó en otro de los sofás, siendo seguido por Jungkook.— Jin dijo que no confiaba en que ellos cocinaran. —rió, mirando enternecido el sonrojo de Yoongi. Era curioso que fuese tan tímido con ellos, cuando con Tae era ya tan atrevido.

El ambiente era ciertamente incómodo. Seokjin era bastante lindo con todos, él solía ser quien destensaba el lugar cuando estaban juntos, pero por ahora no estaba ahí. Las heridas de Yoongi dolían, ni siquiera las había tratado aún, pues en cuanto regresaron de su campamento fueron a casa de Jimin; tenía que disimular, él y Tae tenían la escena dando vueltas en sus mentes, Jimin ya no sabía que hacer para recuperar la amistad de Yoongi, estaban tan distantes, y Jungkook simplemente se sentía incómodo entre todos ellos, la pareja de novios, el par de amigos, el chico que odiaba, el que le gustaba y al que se follaba.

— Me niego a cocinar contigo. —todos giraron hacia la cocina, para ver a Jin saliendo de ahí.

— ¡Lo siento! —gritó Namjoon, siguiéndole, mientras Hoseok reía desde la puerta por la que todos habían salido.

— ¿Qué pasó? —Jimin se levantó, aprovechando para distraerse un poco de sus pensamientos, la pequeña sensación de vacío al saber que él y Yoongi apenas hablaban, ya nunca estaban juntos. Le extrañaba.

— Namjoon ni siquiera puede picar una cebolla. —respondió Hoseok entre risas.

— Va a quemar tu cocina, no confío en él. —agregó Seokjin pretendiendo estar molesto, aunque realmente sonreía con ternura ante el rostro apenado de Nam, le hacían quedar como un tonto.

— Pidamos pizza. —propuso Jungkook.

Ninguno iba a oponerse. Simplemente querían hacer cualquier cosa hasta que el ambiente dejase de ser tan tenso. Era extraño.

[ ♥ ]

— ¿Van a ducharse juntos? —preguntó Jimin incrédulo al ver a Taehyung y Yoongi entrar al baño.

— Sí. —contestó el mayor. Eran los últimos por ducharse, ya era tarde y el resto de chicos les esperaba abajo. Cerró la puerta ante de obtener respuesta y Jimin se limitó a retirarse, ¿qué mas daba?

Se desnudó con rapidez, ayudando luego a Yoongi a quitar su ropa con cuidado. Había estado quejándose por su espalda todo el día, había sido rasgada por la corteza del árbol y la poca sangre ya había secado. Necesitaba limpiarse.

Permitió que Taehyung se encargara de asearle, el chico estaba siendo tan cuidadoso, pues también su trasero ardía y debía recordar el hecho de que Yoongi era demasiado sensible, no podían hacer "esas cosas" ahora. El jabón hacía que la heridas ardieran aún más, la forma en que le tallaba también dolía, pero trataba de no moverse ni de quejarse, era necesario.

Salieron poco después para llegar junto al resto a simplemente dormir. Habían preparado algo así como una cama, donde los siete pudiesen acomodarse. El punto era estar juntos. Por alguna razón, Jin insistía en mantenerlos a todos juntos y se esforzaba por que todo saliera bien.

[ ♥ ]

Yoongi se despertó en plena madrugada. Tenía sed, siempre despertaba con sed; las pesadillas no se detenían, estaba tan cansado de ellas. Taehyung estaba ya profundamente dormido, así que se levantó sin necesidad de avisarle.

Caminó hacia la cocina frotando sus ojos, odiaba tener pesadillas, quería alejar esas imágenes, pero estaban grabadas en su mente, seguía reproduciendolas todo el tiempo. Frotaba su rostro desesperado, Tae le hacía distraerse, eso ayudaba a que olvidase todo por breves momentos, pero ahora no estaba para él.

Bebió su agua con rapidez y dejó el vaso ahí para irse, dando un salto al notar la presencia de Jungkook detrás de él. El otro rió divertido.

— No quería asustarte.

— No-no importa. —había despertado agitado y bastante alerta, por lo que algo tan simple como eso, le había asustado demasiado.— ¿Qué haces aquí?

— No tengo sueño. Ví que te levantaste y vine a verte.

— ¿A verme?

— Sí, bueno... lucías raro, ¿te sientes bien?

— Sí, solo, tuve un mal sueño. —sonrió, tratando de irse esta vez. No quería estar a solas con él, sentía como si estuviese traicionando a Tae, pues ellos se odiaban.

— Deja de huir de mí. —Yoongi se detuvo, creía que Jungkook pudo haber leído su mente o algo así. ¿Estaba siendo demasiado obvio?— No voy a hacerte nada, solo quería ver si estabas bien, ¿no puedo preocuparme por tí porque todo te lo tomas mal? —se acercó a él.

— No-no es eso. —seguía afectado por sus pesadillas, Jungkook lucía intimidante.— Quiero dormir.

— Quiero estar contigo.

— ¿Sabes? Es más que extraño que solo me hables cuando estoy solo y no cuando Tae está conmigo.

— Tae me golpearía si te toco.

— No tienes por qué tocarme.

— Estás pálido. —colocó ambas manos en las mejillas del menor.— ¿Qué tan malo tuvo que haber sido tu sueño?

— No te importa. —tomó las manos de Jungkook para alejarlas de su rostro.— Enserio, no toques. —pidió, soltandolas.

— Yoonie, deja de ser tan tímido. —se acercó más a él, tomando su cintura. No lucía para nada amable, realmente lucía intimidante.

— No es timidez, no quiero que me toques y no puedes llamarme "Yoonie". —dijo, dejando de ocultar su molestia. Trataba de alejar sus manos de nuevo, pero no podía contra la fuerza con que el otro le sujetaba.

— Eres un niño salvaje. —rió, acercando su rostro al cuello del menor y sin estar dispuesto a soltarle.— Pero eso me gusta. —su voz chocando contra la piel de Yoongi, sus manos aferradas a su cuerpo, hacían que el miedo que ya anteriormente tenía, aumentara.

Los labios del mayor se posaron sobre su piel, sacándole del pequeño shock en el que estaba. A veces era difícil distinguir la realidad, y era este uno de esos momentos en los que ya no sabía si estaba soñando o realmente había despertado.

Forcejeó con la poca fuerza que tenía, golpeó a Jungkook tanto como pudo y tiró de su cabello hasta lograr que se alejara.

— Me das asco. —escupió, aprovechando ese instante de vulnerabilidad para patear al mayor en la entrepierna, liberandose finalmente de sus brazos y retrocediendo algunos pasos para evitar que volviera a atraparle.

— ¿Por qué me odias?

— No te odio. —caminó, ahora sí, hacia la  puerta de la cocina.— Si te odiara, estarías muerto. —rió, saliendo de ahí para regresar junto a Tae.

"Si te odiara, estarías muerto".

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