29.

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— ¿Ji-Jimin? —contestó la llamada, sosteniendo el celular en una mano y apretando con fuerza uno de los peluches en la otra.

Hola, Yoonie. ¿Cómo están? Ayer no contestaste.

— Ah, bien. E-estamos bien. Quizá no escuché la llamada.

¿Qué están haciendo?

— Ya vamos a... dormir. Ah, salimos en la tarde y estamos algo cansados.

Bueno, los chicos estaban preocupados. ¿Quieres que te deje?

— Sí, tengo sueño. —mordió su labio, antes de seguir hablando.— Ah, ¿podemos platicar mañana?

Claro. Entonces... adiós.

— Adiós. —colgó de inmediato, dejando el celular de lado y aferrándose con ambas manos al adorable peluche con forma de gatito que Tae había llevado a la cabaña, junto a muchos otros.

— ¿Qué dijo? —detuvo sus movimientos, esperando una respuesta.

— Que-que estaban preocupados. —abrió sus ojos, bajando su mirada.— Si-sigue, TaeTae. —pidió.

— Ah, ¿te gusta, pequeño? —se inclinó, quitándole el peluche para poder acomodarse sobre él.

— Sí. —asintió, mirando con súplica a los ojos de su novio.

Taehyung comenzó a volver a mover su cintura, embistiéndole con suavidad. Yoongi se abrazó de su espalda, suspirando ante lo bien que se sentía.

No quería contestarle a Jimin en una situación así, pero Tae insistía en que lo hiciera. Le gustaba ver al chico intentando no ser tan obvio, le gustaba apenarlo, le gustaba verle comportándose de una forma tan adorable.

No habían tardado en llegar a su orgasmo. A Yoongi le gustaba cuando Tae le hacía sentir más cosas, cuando combinaba las sensaciones en su cuerpo, pero también le gustaba sentirlo siendo tan lindo con él, tan cuidadoso. Como sea, con Tae le gustaba.

Limpiaron todo superficialmente y se recostaron dispuestos a dormir, pues ya era bastante tarde y el cansancio del día estaba haciendo efecto.

— TaeTae dijo que tendríamos juegos. — susurró, las  velas estaban apagadas y lo único que sentía eran los brazos de Tae rodeándole. El tiempo pasaba, estaban a poco de regresar a casa y, en realidad, no habían tenido tanto sexo como supuso que lo harían.

— Hicimos algo ayer, ¿quieres más? —rió levemente. Al principio creía que quizás sería algo fuerte intentar jugar con él, pues creía que era inocente, y prescisamente esa inocencia respecto al sexo era lo que le hacía querer probar más cosas.

— Bueno, tú lo dijiste. —se excusó. No podía admitir algo así.

— Claro. —sonrió, aunque el menor no pudiese verle.— Duerme.

— Eres malo. —dijo a modo de queja, quería una buena respuesta, no eso, pero el mayor ya no contestó a sus palabras.

Aún no quería irse.

[ ♥ ]

— ¿Tae? —abrió sus ojos al sentir las manos del chico en su cintura, levantándole.

— Shh. —le acomodó en sus brazos y presionó suavemente su cabeza, para que la apoyara en su hombro. Tomó una de las velas y sujetó al menor con fuerza, saliendo de su cabaña.

Yoongi se mantenía en silencio, abrazado de la espalda de su novio y mirando la cabaña hacerse cada vez más pequeña, hasta perderse finalmente entre los árboles.

Cute Yoonie 태기 TaeGi •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora