52. Casa

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POV AMAIA

Estoy tumbada en la cama del hotel a su lado, después de este largo mes sin poder estar a solas, bueno en realidad, solos no hemos podido estar nunca, y poder besarlo sin mirar hacia los lados por si alguien nos ve, o por las cámaras, o por mi cabeza tonta, es algo increíble. Lo miro dormir con una sonrisa tonta en la cara, me encantaba hacerlo, siempre me había gustado, esos ruiditos, su pelo desordenado, y hasta sus ronquidos, los había echado de menos.

Paso mi mano por su torso desnudo mientras me muerdo el labio recordando lo que ha pasado hace solo un par de horas. Siento como mi cuerpo reacciona de nuevo a su contacto, no sé porque, pero me pone mucho, pero mucho, mucho.

Me aprieto aun más a él hasta que siento como se remueve y hace esos ruiditos al despertarse que sabe que me vuelven loca, mi bebe, es un bebito.

Dejo miles de besos por su cara mientras él empieza a despertarse con una sonrisa y con sus ruiditos mientras se estira cogiendo todo lo que puede de cama y me tengo que agarrar incluso para no caerme a pesar de lo grande que es.

-Alfred-me quejo mientras me agarro a él y entonces lo oigo reír y quiero matarlo, pero a la vez, dios quiero besarlo una y otra vez y no soltarlo nunca. Pero entonces hace un movimiento que nos esperaba y siento como me atrapa entre la cama y su cuerpo haciendo imposible que pueda moverme. Intento empujarlo, apartarlo de mi, pero sin hacer mucha fuerza, en realidad no quería que se apartara, no lo quería.

Lo miro desde abajo y lo veo sonreír dejándome ver esas paletas separadas y esos hoyuelos que le salen y dios, ¿Cómo puede ser tan guapo? Lo veo bajar la cabeza escondiéndola en mi cuello, besándolo, mordiéndolo y chupando, sabiendo que va a dejarme una nueva marca ahí, pero no me importa, lo tengo aquí conmigo, y esto lo demuestra. Le agarro del cuello mientras giro mi cara para darle más acceso y siento como sonríe en mi cuello, mientras sigue a lo suyo, hasta que se queda satisfecho con lo que ha hecho, entonces se incorpora me mira con una sonrisa y luego me besa, un pequeño beso, un pequeño beso que me deja con ganas de mucho más, pero un beso tan tierno que hace que mi corazón lata con fuerza y que recuerde una cosa...¿Qué pasa a partir de ahora? Sabía que teníamos una conversación pendiente, y aunque no estaba preparada para ella, este era el momento, en unas horas tendría que irme y perdería la oportunidad de hacerlo cara a cara, además, no podía esperar una semana más para tener estar conversación, no, no podía, tenía que hacerla aquí y ahora.

- ¿Y ahora? -pregunto haciendo que se quede frenado de golpe y que se separe para mirarme.

- ¿Y ahora? -pregunta sin entender nada y yo trago saliva y siento como se aparta de encima de mi cayendo a mi lado en la cama haciendo que pierda su contacto y que las lágrimas empiecen a crearse en mis ojos. - ¿Qué tiene que pasar ahora? -me pregunta mirándome, aunque yo no puedo hacerlo.

-Acabo de salir...no sé qué pasa fuera...yo quiero que sea como dentro, pero...dentro de un rato nos separaremos de nuevo y...tengo miedo-digo sin poder evitar las lágrimas y enseguida siento como se acerca besándome la mejilla.

-Amaia hemos superado un mes sin saber casi nada del otro, esto va a ser distinto, podremos hablar, llamarnos cuando queramos, hacer videollamadas, coger el tren y estar al lado del otro en unas horas...es completamente distinto.

-Pero también a lo que hemos vivido dentro.

-Sabíamos que esto pasaría ¿no? -dice mirándome y yo asiento tragando saliva.

-Cuando pensaba en esto, no sentía lo que siento ahora...cuando esto empezó a ser más real... deje de pensar en ello porque me dolía hacerlo-digo mirándole por primera vez y lo veo mirarme fijamente.

Bajo las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora