Bajo las estrellas

33. 360, no me salen las cuentas

POV ALFRED

Han pasado dos días desde que salí de la Academia, y para mi sorpresa, no parece que lo haya echo. Bueno al menos en la parte de salir y hacer mi vida, no me he despegado del 24 horas desde ayer por la mañana, y aquí estoy esperando a que empiece el primer pase de micros.

Había recibido algunas visitas, e incluso había ido un rato a ver mi playita, pero enseguida había vuelto a casa y me había conectado, era como estar allí, pero sin estarlo. Quería trasmitirles a todos que estaba bien y que estaba orgulloso de ellos.

Sabía que estando ahí pegado a la pantalla no iba a conseguir nada, pero necesitaba verla de alguna manera, era como cuando necesitas agua para beber, pues igual, necesitaba verla. Aunque luego cuando la veía mal me arrepentía de verlo, pero luego no podía quitarla sin saber que estaba bien, era como una montaña rusa de la que no podía bajarme.

Había quedado con Manu para que fuera a verlo, pero al final decidimos que el viernes sería el mejor día para hacerlo, ya que él no tenía que ir a la Academia, pero hasta entonces sentía que solo podía hacer esto, estar sentado pegado a una pantalla.

-Cariño ¿quieres comer algo? -pregunta mi madre acariciándome el pelo y yo niego con la cabeza, quiero verlo tranquilo.

-No gracias mama-digo cogiendo los cascos y enseñándoselos para que viera que iba a estar ocupado, ella asiente y me deja solo mientras yo me pongo los cascos para disfrutar de mis compañeros.

Cuando todos los profes llegan ellos se sientan como siempre en las escaleras, veo a Aitana y a Ana muy cerca de ella en todo momento y eso me saca una sonrisa, tenemos unos grandes amigos que nos la van dejar sola y eso me hace sentir mejor.

Noemi hace el ritual de cada pase de micros y una sonrisa triste aparece en mi cara cuando me doy cuenta de que no voy a vivirlo más en primera persona. Entonces dice su nombre, la veo levantarse y colocarse delante del pie de micros. Lleva un mal día, muy mal día. Hoy han recibido también la visita de Roko y eso la ha emocionado mucho, la he visto llorar demasiado en estos dos días, solo esperaba que con la visita de Roko fuera de felicidad, esas lágrimas provocadas por la emoción nunca son malas, aunque nunca antes la había visto llorar tanto y eso me hace sentir mal.

Empieza a cantar y la pongo a todo volumen, su voz tan sensual en esta canción me trasporta a su lado, en la habitación, juntos en la misma cama mientras ella me sonríe con picardía y yo me muero por besarla. Su voz es increíble, ver todo lo que ha evolucionado me hace sentir orgulloso, aunque ella siempre será especial encima de un escenario, tiene algo que al resto nos falta, ella sola sin nada ni nadie hace magia, su voz es magia.

Estoy con los ojos cerrados disfrutando, cuando de repente sigue la música, pero su voz ha desaparecido. Abro los ojos y la veo allí de pie callada con los ojos cerrados y entonces veo como Noemi se levanta para abrazarla y siento como se me encoje el estómago, quiero estar ahí para ella, quiero abrazarla, quiero decirle que todo va a salir bien y que estoy ahí, con ella, siempre.

- ¿Quieres que esperemos un poco? -le pregunta Noemi.

-No, a ver si así pues...me sale-dice ella valiente y sonrío con fuerza, estoy tan orgulloso de ella.

Y vuelve a inundar con su voz todo, y parece que ya no esta tan metida en la canción como antes, pero, aun así, con su voz, con su manera de contar todo te transporta y me dan unas ganas increíbles de atravesar la pantalla y fundirme con ella en ese abrazo que ambos tanto necesitamos.

Cuando acaba el pase de micros me siento tan orgulloso de mis compañeros por lo bien que lo han hecho que no puedo evitar emocionarme. Dejo encendido el 24 horas y me tumbo en la cama con él móvil, aunque no estoy en realidad mirando nada del otro mundo, estoy como ausente.