Maratón 5/10
Charly:
Venia de bailar con unos compañeros de trabajo, tenía puesto encima un par de copas de más, a tal puno de no poder mantenerme de pie. Abrí como pude la puerta y entre, tropezándome llegue a mi habitación, mientras intentaba abrir la puerta, logre escuchar algo que me hizo hervir la sangre en cuestión de segundos.
- Detente por favor – Decía Amy – Por favor – Repetía una y otra vez entre gemidos.
- Quédate quieta – Respondía una voz que no podía reconocer – Quédate quieta – Volvió a repetir – Así te vez más linda – Agrego seguido de un gemido.
- No, no – Comenzó a llorar.
- Abre las piernas maldita zorra – Grito escuche el estruendo de una cachetada.
- Basta, por favor – Dijo y grito fuerte - ¡Noooo ¡ - Seguido de llanto.
- Callate maldita sea – Volvio a golpearla.
No podía abrir la maldita puerta, estaba cerrada con llave.
- ¡Hermano! – Gritaba mi hermana - ¿Dónde estas? Ahh – Gritaba.
Maldita sea.
- ¡Gritas una vez mas y te amarro a la cama – Grita seguido de una cachetada – Así serás toda mía de una vez por todas.
- ¡Charly! – Grito Amy - ¡Por favor! – La escucho gritar mientras yo hago un par de pasos atrás.
- Me tienes arto – Dice este maldito infeliz – Ahora sí, serás toda mía – Y acto seguido rompo la puerta de una patada.
- ¡Suéltala hijo de puta! – Grito al entrar y al fin puedo descifrar su voz. Era mi padre, era el padre de esta pequeña niña de 15 años.
Él le da un puñetazo en la cara – ¡Te dije que te callaras, maldita sea! – Grita y la vuelve pegar.
Yo me tiro a la cama tratando de separarla de este hijo de puta, al lograrlo logro partirle la cara de un puñetazo.
- Te dije que la sueltes – Grito seguido de otro puñetazo.
El logro tener el mando y golpearme con más fuerza, mi hermana gritaba y lloraba a la vez, logre verla acurrucada en su cama, abrazando sus piernas.
- ¡Cállate, maldita sea! – Grita James y saca una navaja que tenía guardada en uno de sus bolsillos, me apuñala a mí casi en la cadera. Se da la vuelta y apuñala a mi hermana justo en el estómago.
- ¡Déjala en paz! – Grito y el vuelve a clavar su navaja en el mismo lugar de hace un rato, me levanto como puedo y vuelvo a golpearlo.
cuando pude levantarme logre patear una de sus costillas, el dolor seguía innato en mí, pero las ganas de matar a este maldito perro eran mucho más fuertes que el dolor, la sangre salía y salía del mismo lugar, pero no me importaba, yo seguía pateando sus costillas hasta hacerlo vomitar sangre. Mis lágrimas no dejaban de caer, de un momento a otro perdí por completo la firmeza de mis piernas y caí al suelo completamente inconsciente.
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Desperté en un hospital, con una venda enorme en la herida y con mi brazo conectado a un suero sanguíneo que me transportaba sangre a mi falta. Mire al frente y mi madre se encontraba hablando con un hombre de bata blanca, supuse que era el medico que me atendió. Intente sentarme y me fue imposible, sin quererlo salió un quejido de mis labios y mi madre se dio la vuelta y me vio, al verme sus lágrimas comenzaron a caer.
- ¡Santo cielo! – Exclama al verme – No intentes hacer ningún movimiento – Dice entre llantos.
- Está bien – Digo para tranquilizarla y le regalo una sonrisa - ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? – Pregunto al ver el suero a la mitad.
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#MiGuardaespaldas [TERMINADA]
RandomEl era un guardia que tomaba muy en serio su trabajo y ella era solo una adolescente en busca de una nueva aventura.