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Abrió los ojos lentamente y con algo de dificultad, lo primero que hizo, fue gritar el nombre de su hermano, pero, ya no se encontraba en su casa.

Estaba en lo que parecía ser un sótano, sus manos estaban atadas sobre su cabeza con esposas, las cuales tenían unas cadenas recorriendo la pared y el techo, manteniendo sus manos arriba.

La habitación estaba casi completamente oscura, a excepción de unas velas alrededor del chico que iluminaban un poco.

Una risa retumbó en los oídos del pelinegro, rápidamente dejó de mirar el fuego de las velas y levantó su mirada, encontrándose con ese maldito alfa.
Le gruñó e inútilmente trató de abalanzarse sobre el, provocando otra estruendosa risa del hombre.

— Oh, pobre Kyungsoo... —susurró acariciando su mejilla, recibiendo una mordida al instante del pelinegro.

El hombre retrocedió molesto, pero después de unos segundos sonrió, mientras pasaba su pulgar por el lugar donde había mordido el chico.

— Debe ser duro para ti no haber podido salvar a tu pequeño hermano —masculló el hombre, recibiendo una mirada de odio puro de parte de Kyungsoo— Eso te pasa por ser un inútil omega.

— Habría podido salvarlo, pero tú, hijo de puta... —el chico gritó molesto, pero su voz se quebró.

— Eres tan débil.

La voz del hombre salió llena de desprecio, se acercó a una pared y encendió la luz, permitiéndole al pelinegro mirar la habitación.
Todo estaba pintado de un gris opaco y tenía señal de humedad en la pared, había diferentes cadenas por toda la habitación.
Y en una mesa, se encontraban diferentes cosas, como cuchillos y pequeñas navajas.
Además de una silla.

— No sabes lo divertido que fue escuchar los gritos de dolor de tus padres —afirmó el hombre pasando su mano por el filo de una pequeña navaja, con cuidado de no lastimarse.

— Me hubiese gustado escucharlos —afirmó con dureza el omega mientras miraba a todos lados, buscando una posible escapatoria.

— Lo sé, cariño, lo sé...Bueno, al menos lograste escuchar los de tu pequeño hermano. Oh, ese niño, amable y muy valiente, hubiese sido un gran alfa. —El hombre sonrió y levantó la navaja que estaba tocando anteriormente.

— Eres un...

— Cuidado con tu boquita, Kyungsoo. —Se acercó al pelinegro y acarició su mejilla con el filo de la navaja, para después pasarla por sus labios— Debes tener mucho cuidado con lo que dices, no te conviene hacerme enojar.

— Sé lo que pretendes conmigo, pero no lo haré, te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir, las palabras de un alfa no significan nada para mi, no acataré tus ordenes —afirmó tirándo un poco de la cadena que sostenía sus muñecas, para estar más cerca del alfa y demostrarle que no le temía— No me dejaré manipular sólo por que tu te sientes superior, no me vas a tocar, ¿lo entiendes?

Después de gruñir, Kyungsoo gimió de dolor al sentir el filo de la navaja hacer un corte en su mejilla, el cual comenzó a sangrar, manchando parte de su rostro y cuello, hasta llegar a su playera.

— ¿Por qué sigues luchando? —Habló el hombre, tomando un poco de sangre con su dedo— No te queda nada.

El alfa cerró sus ojos cuando Kyungsoo le escupió en el rostro, el omega sonrió y guiñó un ojo.

— ¡Conoce tu puto lugar, maldito omega! —Gritó el hombre dando un fuerte golpe en el estómago del chico.

Gritó de dolor y trató de cubrir su estómago, evitando que el hombre lo golpeé, pero las cadenas en sus muñecas se lo impidieron.

Darling Dark Wolf  (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora