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Dio otro duro golpe, a pesar de que el omega ya se encontraba inconsciente, no quería arriesgarse.

Sonrió y comenzó a quitarle las cadenas. Lo cargó y lo llevó a su habitación. Sin tener ni un poco de cuidado, lo lanzó a la cama y comenzó a quitarle la ropa.
Cuando el omega estuvo completamente desnudo, ató sus pies y manos a la cama, dejándolo a su merced.

Sonrió y acarició su pierna con delicadeza, deleitándose con la suave piel.

— He esperado ésto por tanto tiempo, belleza —susurró.

Se inclinó un poco y mordió con fuerza uno de sus glúteos y después subió sus labios por toda la espalda del pálido, hasta su cuello.

Suspiró y sonrió— He soñado tanto con tenerte así. No voy a desaprovechar la oportunidad que tengo de hacerte mío.

Se sentó en una silla junto a la cama y se quedó ahí, simplemente apreciando el cuerpo del omega.
Quería hacerlo suyo, se moría de ganas de estar dentro de el, pero también quería que éste se encontrara despierto, quería escucharlo.

Las horas pasaron demasiado lento al parecer del alfa, el se mantuvo sentado, con una mano acariciaba su miembro, sin perder de vista al pálido.

Sonrió cuando lo miró moverse, murmurando cosas, para segundos después, abrir los ojos.

Miró aterrado toda la habitación y se movió violentamente, percatándose de que de nuevo estaba atado, pero ésta vez no sólo éso, ahora se encontraba desnudo y en una cama, frente al alfa.

— ¡Suéltame! —Gritó molesto.

El chico comenzó a reír de manera escandalosa, a la par que se acercaba lentamente, cuando estuvo junto el, acarició sus piernas.

— ¿Te gusta? —Susurró en su oído, con una sonrisa en su rostro.

— Me das asco —gruñó, recibiendo un duro golpe en sus glúteos.

Gritó y se arqueó, sintiendo su piel quemar.

— Veo que ése alfa no supo educarte... tendré que hacerlo yo —afirmó y volvió a golpearlo.

Retrocedió un poco y comenzó a desvestirse, bajo la mirada aterrada del pálido.

Comenzó a respirar de manera errática y escondió su rostro en la almohada. No pudo evitar comenzar a llorar, estaba apunto de ser abusado por una de las personas que más odiaba en el mundo, por uno de los malditos hombres que habían acabado con su Luhan.

Sollozó con fuerza cuando sintió al alfa subirse sobre el, trató inútilmente pelear, pero no podía liberarse, no podía golpearlo y salir de ahí.

— ¡Suéltame! —Lloriqueó, pero ya no era una orden, ahora sonaba más como una súplica, la cual fue ignorada cruelmente— ¡¡Por f-favor no... no lo hagas!!

— Serás mío, Kyungsoo —aseguró con una sonrisa.

Se inclinó y tomó el rostro del omega, lo obligó a girarlo y lo besó.

El pálido sintió unas enormes ganas de vomitar y sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales no tardaron en bajar por sus mejillas.

— No llores, belleza —susurró sonriendo— Te va a gustar —afirmó.

Kyungsoo gritó demasiado fuerte, rasgando por completo su garganta cuando sintió como entraba lentamente en el.

Volvió a desesperarse y tratar de liberarse. Se movió desesperado y tiró con fuerza de sus manos, sólo logrando lastimarse.

Darling Dark Wolf  (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora