More than Fan

12. Victoria's Secret

Ustedes no saben cuánto amo dormir. Me encantan los sábados. La semana pasó muy tranquila. Harry me ayudó dos días más en el trabajo y los niños lo adoraron.

Ayer me había mandado un mensaje en la noche diciendo que hoy vendría por mí a las seis. El desfile empezaba a las ocho y media, pero debíamos llegar antes.

No tomé apuro y transcurrí mi día normal. En la tarde me bañé y me vestí con una falda unos dedos más arriba de la rodilla. Una blusa que se pegaba a la cintura y mis zapatillas blancas.

El sonido de mi celular me avisa por un mensaje.

"Estoy afuera"

Mis papás no están, así que salgo de mi hogar a encontrarme con un auto negro. La ventanilla de atrás se baja dejando ver la cabeza de Harry.

—Hola... — canturrea junto a una sonrisa bajándose del carro.

Por Dios, esta era mi vida... Jesús, qué guapo se veía con ese traje negro. Alguien máteme.

Ambos acortamos la distancia y él me saluda con un beso en la mejilla.

—¿Qué tal?

Harry me deja pasar primero al auto, así que yo avanzo hasta el fondo del asiento y él entra después de mí. Saludé al conductor rápidamente y, una vez que el ojiverde cerró la puerta, el vehículo reanudó su curso.

—Estoy bien, ¿cómo estás tú? —preguntó.

Pues sí, estás bien, bien. Me dan ganas de pasarme una motosierra por la garganta.

—Necesito helado y dormir —dramatizo deslizándome en asiento y recostando mi cabeza en el respaldar.

Él se carcajea, logrando qje una sonrisa aparezca en mi rostro. Me encantaba verlo reír y aue esas arruguitas se formen en las esquinas de sus ojos.

—Te compraré todo el jodido helado que quieras si mañana vienes a mi casa.

«Yo haría eso gratis»

—Y quiero gomitas

—Es un trato.

El camino no fue corto, pero la pasamos hablando y riendo. Después de casi media hora, llegamos a un local que la palabra inmenso le quedaba chico. El carro se detuvo y Harry bajó primero que yo.

—Te voy a presentar con mis colegas. Algunas personas dentro son algo complicadas, si molestan, no les hagas caso —me habla mientras entrábamos al sitio.

El lugar estaba lleno de sillas y algunas mesas. Al medio había una gran pasarela alumbrada por una pantalla tras esta.

—Ven —coloca una mano en mi espalda haciéndome contener la respiración. Agradecería mucho si no se da cuenta que me ha erizado los vellos del brazo y de la nuca.

Miraba como niña ilusionada cada espacio del lugar, este sitio es muy grande, muchas personas deben venir. Styles me guió hasta una esquina del local, donde nos detenemos frente a dos mujeres.

—¡Harry! —una rubia exclama y lo abraza. La del pelo negro repite su acción.

—¿Cómo están? —el chico a mi lado habla con una leve sonrisa.

—Nerviosas. Este show es importante porque otras marcas van a venir a observar y debe salir todo perfecto —una de ellas explica.

—Todo irá bien —Harry alienta—. Ella es Sophia, una amiga —me señala presentándome.

Les sonrío cuando ellas hacen lo mismo.

—Un gusto —extiendo mi mano seguido un beso en la mejilla.