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63. Maratón 1/2 Jamaica

-No... Me quiero quedar aquí...- balbucea una vez más abrazando su almohada.

Ruedo los ojos y avanzo hasta su lado de la cama. La veo dormir plácidamente. Me da pena despertarla en la madrugada, pero no hay opción.

-Sophia mueve tu culo, el jet se va en cuarenta minutos.- regaño quitando las sábanas de su cuerpo.

-¿Qué hora es?- pregunta apoyándose sobre su codo, sobando su párpado. -Harry, sigue oscuro. Y oscuro significa noche. Y noche significa dormir. Así que vuelve a la cama y duérmete.- demanda con los ojos entrecerrados por el sueño.

-Van a ser las cuatro de la mañana. Es una sorpresa, por favor. El vuelo es corto, duerme ahí. Llegaremos en una hora a Jamaica.- pido poniéndome un suéter encima.

Ella gruñe y se levanta a regañadientes. Llega frente mío y me abraza unos segundos. -Tengo frío...- se queja con su rostro escondido en mi cuello.

-Ponte unos jeans, te prestaré uno de mis sacos. Te abrigará bastante.- comento frotando sus brazos, dándole calor.

-¿Por qué pediste el jet tan temprano, Harold?- reclama con un puchero.

-Quiero que veas algo apenas estemos en la playa. Serán un poco más de las seis allá.-

Tenía todo el día planeado con Sophia. Desde el momento que lleguemos, hasta la sorpresa. Tenía miedo de que algo saliera mal. Les contaré por qué:

Hoy era el día.

Ha llegado el momento.

Y estoy nervioso hasta la mierda.

Hace dos semanas hablé con un amigo que conoce a unos sujetos que hacen obras gigantes. Recreaciones.

Les expliqué mi plan y ellos aceptaron ponerlo en marcha.

Iban a reconstruir la escena en como conocí a Sophia.

Como la casa en la que nos quedaremos está literalmente frente al mar, he mandado a pintar la pared trasera de mi casa, la imagen con el fondo de la avenida por la que venía la primera noche que la conocí.

Los pintores han hecho un trabajo asombroso. Me habían mandado algunas fotos de cómo iba quedando y estoy fascinado. Parece bastante real.

Les había pedido que consigan un auto como el de Soph. El mismo color y marca. Todo debía ser idéntico.

Ahora, se preguntarán:

"¿Harry, piensas pedirle que sea tu novia en un carro, pedazo de idiota?"

La respuesta es sí... Pero no de cualquier manera.

He pensado mucho en como hacerlo. Mi primera opción era decirlo de frente, pero lo ví algo simple.

Luego pensé en pedírselo en una cena, mas no lo sentí nuestro estilo.

Así que me puse en los zapatos de Sophie. ¿Qué le encanta a ella?

¡Yo!... Bueno, no yo. Harry el cantante Styles.

Ahí fue que dije: "Puedo hacerle una canción", pero luego tendría que hablar y eso me regresa a la primera opción, la cual no me gusta.

Pensé en hacerlo por medio de una carta. Sé que ella ama mi letra. ¡Pero otra vez mi respuesta fue negativa!

Cuando de manera espontánea, una imagen vino a mi mente. Un recuerdo...

Los discos en su guantera.

¡Esa era la clave! ¡Esa era la forma!

Le iba a pedir ser mi novia de la manera más original y nuestra posible.