49. La temperatura

10K 308 432
                                    


Sophia es la primera mujer que conozco que no le gusta comprar ropa.

Es decir, ¡Hasta a mí me gusta ir a ver ropa! ¡Es como un hobbie!

Lo descubrí cuando estábamos en la planta baja del centro comercial con mamá y Gem. Le pedí que me acompañara a entrar a una tienda con pantalones en descuento, pero la pendeja dijo que le parecía aburrido y puso la excusa de que quería ir a comprar dulces. Obviamente no le pude decir no.

Así que ahora estoy con ella aquí en esta tienda que apesta a azúcar y fresa. Soph está decidiendo entre elegir gomitas de menta o kiwi.

-¿Tú qué dices?- pregunta tierna levantando ambas bolsas.

-Lleva las dos y ya. Te vas a morir por tanto dulce.- señalo la canasta que colgaba de su brazo llena de golosinas.

-Eres un exagerado. Y qué más da, si me muero, que sea comiendo.- refuta sin mirarme, mientras metía las gomitas a la canasta.

Ruedo los ojos buscando algo que me llame la atención. Dejo a la linda chica en vestido a un lado mío, y camino hasta la sección de chicles.

«No entiendo un carajo de lo que dice»

Ok... Aquí hay uno de una sandía.

-¡Ya está!- su vocesita feliz exclama atrás mío. -Encontré unos chocolates con relleno de malvavisco... Se ven ricos...- comenta cada vez bajando el tono de voz.

«Si eso la hace feliz...»

-Vamos a pagar eso. Tengo hambre, quiero ir a comer.- espeto caminando a la caja, con Sophie siguiéndome.

-"tengo hambre, quiero comer"- me remeda gruñendo. -¿Por qué estás con ese humor de ogro, Styles?- pregunta al mismo tiempo que desliza sus compras por la luz roja del código de barras.

-Porque quiero comprar mis pantalones. Ya no tengo ropa.- explico zapateando el suelo.

Ella detiene sus movimientos y gira a mitarme con una ceja alzada. -¿Que no tienes ropa? Oh, claro, y yo soy rubia.- rueda los ojos sarcástica. -Harold, tienes más ropa que todo el clóset de las Kardashians... Y yo nunca he visto ese show, pero sé que tienen mucho dinero.- dice embolsado las cosas.

-Bueno, sí, pero unos pares más no hacen daño... Vamos, acompáñame.- pido sacando mi billetera.

-Después de almorzar vamos... Tú ganas.- bufa apoyando su mano en su cadera. -Yo pago esto. También tengo dinero, ¿Sabes?- frunce el ceño sacando unos billetes de la funda de su celular.

-Soy un caballero, y no te dejaré pagar todo esto.- reclamo señalando todas las porquerías de colores azucaradas.

-Y yo soy una dama y no te dejaré pagar todo eso por mí.- se defiende acercando su cara a la mía, retandome.

-Mitad cada uno ¿Te parece?- negocio alzando las cejas.

-¿Ves que lindo es compartir?- sonríe entregandome su dinero.

-¿Te dijo Gemma a dónde iba?- ignoro su comentario preguntando por mi hermana.

-Ella dijo que iría con tu mamá a ver unos zapatos... Que nos esperaba en veinte minutos en el restaurante, pero creo que se nos pasó la hora...- ríe dándose cuenta que ya vamos diez minutos tarde.

-Me acompañarás al gimnasio después de comerte todo eso. No te lo acabarás en un día, ¿Verdad?- suelto saliendo de la tienda, caminando a los ascensores.

-¿Quién dijo que no? Quiero probar esas bolitas de menta masticables...- habla emocionada.

-Te va a dar un coma diabético. ¿Qué tal si vamos a hacer yoga mañana?- comento buscando un método de distracción más sano.

More than FanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora