Sabía que esto le estaba costando a Sophie. Ella era una chica muy dulce y sentimental. Siempre trataba de ayudar a todos por encima de ella, y sé que ver todo esto le duele.
-¿Entonces así le den todas las terapias del mundo, no se van a poder curar?- pregunta con su rostro lleno de desilusión a mi amigo, quién nos hacía de traductor con la doctora del hospital.
La mujer le responde a nuestro amigo y él nos contesta:
-Dice que no hay cura, pero al menos los medicamentos hacen que el dolor y el fastidio se vaya.- cuenta explicando el caso.
Estábamos en la zona de niños entre cuatro a doce años con cáncer terminal. Lucían muy mal, no tenían cabello por culpa de las fuertes radiaciones a las que se sometían y algunos usaban pequeños tubos por su nariz para respirar. Sentía mi corazón romperse.
-¿Y pueden vivir así? O sea, si mantienen un control con pastillas y eso...- mi chica suelta nerviosa.
La doctora vuelve a responder y Marcos nos lo traduce:
-No, lo máximo que sobreviven son ocho meses...-
-Ay Dios...- Sophie susurra entrecortadamente llevándose una mano a la frente.
-¿Cuántos niños son?- quiero saber.
La doctora me entiende y agrega:
-Cuarenta y cinco- responde.
Suspiro fuerte sintiendo esa presión en el pecho que dolía.
Apoyo una mano en mi cintura y trago saliva. -¿Les duele el cuerpo o algo así? ¿O los antibióticos sirven?-
Nuestro traductor nos dice: -Ella dice que cuando tienen suficientes sumisiones, les aplican morfina.-
-Les ponen morfina, Dios mío...- Sophia repite en un jadeo, dándose la vuelta, tapándose la boca una mano.
La tomo de su cadera para regresarla a mi lado y la sujeto firme. Puedo ver sus ojos cristalizados.
-Eso les quita el dolor, ¿Verdad?- suelto con voz ronca. Quiero mantenerme fuerte por Soph y los niños a nuestro alrededor.
-A veces funciona...- la doctora asiente con la cabeza.
Suspiro sintiendo mi cuerpo temblar. No puedo ver a otro niños más así, voy a derrumbarme.
-Muchas gracias...- Sophia se despide con una pequeña sonrisa y abraza de manera corta a la doctora.
Yo hago lo mismo y la sigo a donde quiera que vaya. Ella camina a paso apurado entre los pasillos, saliendo de la habitación en donde estábamos Cuando dobla a la izquierda, puedo ver taparse los labios repimiendo las ganas de llorar.
Troto algo más rápido para alcanzarla, la tomo desde atrás por la cintura y sin decir palabra le doy vuelta para abrazarla.
Ella se tapa el rostro con ambas manos y se esconde en mi cuello, la oigo sollozar, provocándome un nudo en la garganta.
Camino despacio con ella hasta un rincón, donde no haya niños que nos vieran.
-Esto es tan difícil...- dice entre el llanto. -No puedo hacerlo...-
-Sí puedes Soph. Claro que puedes...- aliento sintiendo mi voz quebrarse, mientras mi vista se nubla.
-Me siento tan impotente... Así les demos todo el dinero, ellos no van a poder vivir por mucho tiempo...- habla dificultosa, hipeando, saliendo de su escondite para verme a los ojos.
-Pero podemos hacer que ese tiempo lo vivan de maravilla, sin dolor y felices, Soph. Para eso estamos ayudando.- reconforto acariciando su mejilla, limpiando esas lágrimas.
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More than Fan
Fanfiction¿Quién dice que las casualidades no existen? Ella era una fan más obsesionada por el británico de ojos verdes. Él acaba de terminar su gira buscando un descanso y diversión. ¿Quién dice que los sueños no se cumplen? No es la historia donde la fan c...