52. Sherri Hill

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-"¡Más largos, Sophia! ¡Estira más las piernas!"-

Abro los ojos grande, mordiendo mi lengua para no quejarme y gritarle su vida a esta tal Amanda. La acabo de conocer y me cae pésimo.

Ayer Sherri Hill me llamó para pedirme una cita para hoy. Yo claro dije que sí.

Van a ser las dos de la tarde. Yo llegué a este estudio al medio día.

Me estoy muriendo del hambre...

Lo peor era ver a Harry en una esquina atragandose con papitas fritas del Mc. Donald's.

El caso es, que la empresa va a tomarme unas fotos para sus colecciones de vestidos de noche. Que serán modelados en un evento que tendrán en un mes. Ellos quieren que participe en esa fecha, y por supuesto yo acepté.

Pero la cosa no era tan fácil...

Me dijieron que hoy cuando vaya, debía firmar un contrato de dedicación completa hacia la empresa. Aunque estudie entre semana en ModelsUK, ellos quieren que tenga una tutora estrictamente para aprender a caminar en pasarela. Esa es Amanda.

El contrato incluía que debía mantener una rutina de ejercicios diaria. Lo cual odio. Oh y no saben lo peor... ¡Me van a poner un nutricionista! ¡Eso significa que deberé comer sano! ¡Yo me voy a morir!

Entonces mi horario ahora era así:

Lunes, miércoles y viernes: por las mañanas gimnasio dos horas y por las tardes clases con ModelsUK.

Martes y jueves igualmente gimnasio en las mañanas, clases de pasarela al medio día, y por la tarde el taller de baile.

¡Incluimos que los sábados también deberé ir al gimnasio en las tardes!

«Me voy a desarmar»

Desde esta primera clase que estoy teniendo con Amanda, ya ando sufriendo. Me ha mostrado miles de videos sobre modelos y como andar con estilo. Incluso me amarró las manos trás la espalda para caminar sin mover los brazos y sólo manejar las piernas y caderas coordinadamente.

-¡Tus piernas son largas, Sophia! ¡Usalas!- vuelve a reclamar cuando sigo con mi recorrido.

Era un salón amplio solo para las dos. Un espejo gigante al frente para ver mi reflejo. El tacón en punta de mis zapatos resonaba con el eco del vacío del lugar.

-No muevas tanto los brazos. Los que se lucen son las caderas. Te volveré a amarrar si sigues haciendo eso.- advierte desde una esquina viendo mis movimientos.

«¡¿La puedo demandar por abuso?!»

-¿No puedes hacerlo conmigo? Así te sigo los pasos.- opino deteniendome a mitad del lugar.

-Está bien.- acepta tirando de mi mano hasta el comienzo del espacioso salón. -Para que las caderas se muevan, también debes dar pasos largos, se ve fresco y elegante. Los brazos no se van colgando, solo se mueven un poco para darle involuntariamente forma a tu figura. La cabeza en alto, que tu cuello se marque.- indica colocándose a mi costado.

Trato de memorizar todas las reglas antes de salir a la acción.

-¡Uno, dos, tres, cuatro! Repite conmigo, Evans- exclama a mi costado empezando a caminar a paso rápido.

«Oh mierda, ya empezó»

Trato de seguirla a su ritmo. Mirando en el espejo su silueta con la mía e imitar sus pasos.

Podía ver a Harry riéndose despacio en la misma esquina. Se tapaba la cara con sus palmas para que no lo vieran, pero era muy evidente.

-Mano derecha en cadera derecha. No dobles el hombro, mantén el codo en un perfecto ángulo de noventa grados.- indica posando al final del salón conmigo al costado.

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