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41. Problemas

-¿Otra vez Harry? ¡Acabas de llegar hace dos días!- le reclamo triste.

«¿Saben que me acaba de decir? ¡¿Saben que me acaba de decir?!»

-Soph, ella es importante para mí, me ha invitado a su reunión, no le puedo decir que no- se explica moviendo las manos.

-¡Debes volver a California! ¡Acabas de estar ahí!-

-Yo no sabía que debería regresar, Soph, no es mi culpa- dice con un tono resignado.

-Lo que sea Harry. Casi nunca te veo, te extraño ¿Sabes?- le confieso quitando la mirada, posandola en mi falda.

-Hey, Soph, yo también a ti, pero no puedo dejar sola a Cindy- frunce el ceño.

-Es que ella no es el problema- mi tono de voz va disminuyendo.

-¿Entonces?- pregunta poniéndose de lado en su asiento de piloto.

-Su hija, Kaia- explico a regañadientes.

Él me mira unos segundos tratando de entender, cuando la capta. Una diminuta sonrisa aparece en sus labios, después.

-¿Tienes celos que esté con ella?- pregunta burlón.

-¡No, o sea! Digo que, no es que tenga celos, son... Ella es... Y tú puedes verla y... Me da... Cállate- me enredo entre mis palabras renegando para mí sola.

Una risa aguda brota de su garganta. -Soph, tiene diecisiete. Cariño, como crees que puedo verla de otra manera- sonríe haciendo sacar sus hoyuelos.

-No sé- suelto con voz de pequeña. -Yo los vi juntos una vez en un vídeo y... eso- comento jugando con mi dedos sobre mi regazo.

-¿Y si fueras conmigo, te sentirías más tranquila?- alza las cejas cuestionando.

-Sí, pero no puedo ir, tengo que venir a clase- señalo obvia por la ventana al local frente nuestro.

-Entonces confía en mí. Aunque veas todas las fotos y vídeos que saquen, sabes que al final del día, la única chica que quiero conmigo eres tú, Soph- dice suave levantando de mi mentón para verme a los ojos.

-Y también me siento mal por ti. Vas y vienes todo el tiempo. No jodidos descansas- suelto haciendo un puchero.

El sonríe de lado sin despegar los labios.

«Maldita sea, el infierno le queda corto con lo caliente que es»

-Sabes que este es mi trabajo Soph. Volveré el jueves e iremos a algún lado juntos, ¿Te parece?- trata de arreglar las cosas.

No quiero que me lleve a ningún lado, yo sólo quiero que se quede conmigo.

Suspiro rendida. No lograré retenerlo. De todas maneras va a irse. -Está bien-

Él ve su celular, mira la hora y sopla fuerte por la nariz. -Ya debes entrar.- alienta haciendo una seña con la cabeza hacia la academia.

-¿Me llamarás al llegar?- pregunto desabrochando mi cinturón.

-Lo haré.- concuerda. -así sean las seis de la mañana para ti, no me importa, Evans- bromea quitándole tensión al ambiente.

-Cuídate Harold- advierto bajandome del auto.

Cierro la puerta tras mío, y oigo otro golpe haciendo lo mismo. Harry avanza hasta mi lugar y sin decir nada me abraza.

-¿Estás emocionada por conocer a Liam?- pregunta ronco, su voz siendo amortiguada por mi cuello.

-Joder, estoy contando los días para abrazar a ese chico- admito con una risita.

-Aún sigo algo celoso de que él haya sido tu favorito en un principio- entrecierra los ojos separándose de mí.