WOMAN. #1

VOGUE.

Las húmedas calles de Londres provocaron escalofríos con cada paso que daba, sus manos estaban dentro de los bolsillos de su abrigo y el sonido de sus altos tacones se perdía con el ruido de la ciudad. El boho salía de sus labios y apresuró sus pasos haciendo una mueca al sentir el dolor en sus pies con aquellos zapatos de doce centímetros, definitivamente se acostumbró a las cómodas zapatillas Vans que usualmente utiliza en el Tour.

Sarah O'Kelly agradeció al portero quién le sonrío al reconocerla y presiono el botón del ascensor dirigiéndose al noveno piso de la Torre. Las metálicas puertas se abrieron y saco la boina de su cabeza al sentir la leve calefacción del piso, arreglo su cabello y soltó un suspiro antes de tocar suavemente la puerta de cristal.

Miranda Karlsson elevo su mirada de la computadora y la observo con una seria expresión haciéndole una señal para que entrara en la habitación, la editora de Vogue hizo caso y se fijo en los grandes edificios que se veían en el gran ventanal a las espaldas de su jefa, traslado su vista hasta Karlsson y vio que la observaba fijamente.

Ella aclaró su garganta.

—Toma asiento, Sarah.

El tono calmado de su voz la inquieto pero accedió y dejó su bolso en el sofá para caminar hasta ella. 

Se sentó y cruzo sus piernas, manteniendo la mirada en Miranda.

—He visto las fotos antes que el equipo de Harry Styles las bloqueara en todo Internet... ¿En qué estabas pensando?

Sarah abrió sus labios para responder pero ninguna palabra salió de sus labios, su jefa giro en la silla y observo la ciudad con atención.

—Cuando eres capaz de sobrepasar las reglas en tú trabajo significa muchas cosas, Sarah. Quizás no pensaste en las consecuencias de tus actos.

—Miranda...

—¿Sabes qué convierte a los cantantes tan arrogantes y individualistas? —Karlsson se giro nuevamente hacia ella, a mirada sin emoción de su jefa apretó su estómago, provocando inquietantes nervios —Es el hecho de que ellos actúan sin pensar en el otro, en este caso Harry Styles debió protegerte mucho más.

—Él no tiene la culpa de esto. —Frunció sus cejas al comprender el camino que estaba tomando la situación.

—Eres brillante, Sarah. Lo mejor que he visto en años pero conoces las reglas de Vogue.

Miranda se acerco al escritorio y suavemente le entrego una carpeta en sus manos. Juntando sus labios, la editora abrió el plástico con manos temblorosas y observo cada una de las fotografías en su interior.

—Lo intuí desde el primer día en Manila, él te conocía pero yo no sabía exactamente cómo y investigué. Fui un poco más allá de los límites pero tenía razón, ustedes se conocían muy bien.

Sarah pasó cada una de las fotos junto a Harry a través del tour, claro que se veían comprometedoras y pensó en defenderse porque el contenido no era claro pero las últimas... Eran las fotografías de hace años. Reconoció la casa de la familia Styles, ambos junto a Nick Grimshaw saliendo de la BBC y un show en Wembley cuando su novio era parte de la banda, con ojos inundados en lágrimas, pasó lentamente cada una de ellas sintiendo el pasado volver más fuerte que nunca pero esta vez sólo para acabar con ella.

Elevo su mirada hasta su jefa y su corazón se apretó al ver la carencia de emociones en su rostro.

—Sé lo que prosigue, por favor, no lo hagas...