HERIDAS ABIERTAS.

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Luego de un momento Sarah cayó en la realidad y se hizo a un lado para que él entrara.

Harry articuló un gracias y ella se dio cuenta de dos cosas: La primera es que estaba con copas encima y la segunda es que incluso en ese estado no dejaba de ser amable.

Él ya estaba en el sofá cuando Sarah llegó hasta allí, su estómago se apretó al notar lo familiar que se sentía aquella escena y simplemente se quedó en silencio mientras lo observaba, intentó comprender la razón por la cual Harry estaba allí pero no quería pensar en ninguna de ellas porque, sencillamente, todos los motivos podían ser negativos.

Aguantó la respiración unos cuantos segundos y posteriormente se sentó frente a él, tenía ojeras y su cabello estaba desordenado, sólo estaba con una remera blanca, un buzo y unas vans.

Completamente opuesto a la vestimenta extravagante que utilizaba en el escenario.

No recordaba haberlo visto nunca tan agotado, la persona que estaba frente a sus ojos no era la misma que ayer por la noche brillaba frente a miles de personas y aquello, aunque ella no lo admitiera, le preocupó.

—Sólo... Siento mucho estar acá —Su voz sonaba aún más ronca y ella se obligó a parpadear rápidamente para despertar de aquella situación.

—¿Qué haces aquí? —Murmuro Sarah y él la observo, sin saber qué decir.

¿Cómo podía explicarle que verla la otra noche le había removido sentimientos? ¿Qué se dio cuenta lo mucho que la había extrañado? ¿Por qué había ido al O2?... ¿Lo quería aún?

En cambio, simplemente, contestó:

—Quiero saber como estás, Sarah. 

La voz de él, tan profunda pero suave como siempre, diciendo su nombre le aceleró el corazón pero ignoró aquella sensación.

—Oh, estoy bien —Balbuceó y luego desvío su mirada.

Se concentró en los cuadros que estaban en el pasillo, sabía lo que venía a continuación y simplemente no podía juzgarlo.

Está era la ocasión perfecta.

—¿Cómo te trata la vida? ¿Estás en Elle aún?

Ella sintió la amargura en su voz y trago fuertemente. No quería llegar a ese tema.

—Estuve —Harry frunció sus cejas, algo pasó a través de sus ojos, una emoción indescifrable pero ella no lo notó porque giró su rostro instantes después, en donde él simplemente había decidido ocultar su impresión —Ahora estoy en Vogue y llevo más de un año trabajando allí, me han ascendido hace algunos meses.

Él le sonrío fugazmente y asintió, un gesto que pareció absolutamente frío para ella pero, ¿Qué más podía esperar?

—Vaya, felicitaciones. Estás cumpliendo tú mayor meta.

El silencio cayó entre ambos, Harry la observaba con atención mientras que ella evitaba su mirada.

No sabía que decir o cómo actuar, simplemente desconocía la verdadera razón de su visita y aquello la ponía de los nervios, estaba inquieta.

—El silencio cómodo está tan sobre valorado.

Una inevitable sonrisa se formo en su rostro y Sarah la vio, pero fue tan breve que incluso pareció haberlo imaginado.

Decidió cambiar de tema, por lo que simplemente respondió:

—Tú show fue increíble. Todo el rollo de las luces, escenografía y las canciones... Impresionante. Enhorabuena. 

WOMAN. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora