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–Basta JungKook, no quiero.

–Vamos, sé que te gustará, créeme.

–No, JungKook te dije que no quiero.

–No voy a repetirlo TaeHyung, lo harás. ¿O debo recordarte que tienes que hacer todo lo que te pida? Así lo acordamos.

El menor soltó un suspiro y sólo asintió con la cabeza.

–Bien, te espero a la salida, no tardes.

JungKook le estaba proponiendo, o más bien obligando, a TaeHyung que después de la escuela vayan a un lugar secreto que el mayor quería mostrarle. TaeHyung se negó, pues no sabía qué esperar viniendo de JungKook, además el tono de voz con el que le dijo, lo puso más en duda. Pero el lado manipulador de JungKook no faltaría, lo manipularía hasta que acepte, de buena o mala manera.

Después de la pequeña charla que tuvieron, ambos se dirigieron a sus respectivos salones. Últimamente su relación no era la mejor. TaeHyung no estaba obedeciendo a JungKook cuando le decía que hiciera algo, JungKook estaba muy estresado y extraño, por una razón que el menor desconocía. Simplemente no estaban como los primeros días, en los que ambos se deseaban mucho y prácticamente querían estar pegados todo el día.

El viejo TaeHyung se hubiera deprimido por eso, pero ahora sinceramente no le importaba. Mentiría si dijera que JungKook era el único chico con el cual tenía encuentros sexuales. También había otro chico. Byun BaekHyun. Un chico de su clase, al que le gusta TaeHyung, y cuando éste le hizo la propuesta, BaekHyun aceptó sin dudar.

Nuestro pequeño TaeTae se está convirtiendo en un rompecorazones.

JungKook desconocía de los encuentros de TaeHyung con aquel chico. Y por obvias razones, si éste se enteraba, ya tendrían ambos una lápida con sus nombres grabados.

El día escolar había concurrido y TaeHyung se dirigía al lugar en donde JungKook lo había citado. El mayor se encontraba recostado sobre un árbol fumando un cigarro. Kim soltó un suspiro y se acercó a él.

–Ya era hora.

–Sólo tardé cinco minutos JungKook –dijo rodando los ojos.

El nombrado paró de fumar para mirarlo con una ceja alzada, tiró la colilla y exhaló el humo.

–Vaya, que insolente me saliste, vamos a ver si te puedo quitar lo rebelde. Sube, ahora.

Con mala cara, el menor se dirigió al auto del mayor estacionado a un costado de la calle.

Durante el camino ninguno dijo nada, ambos se perdieron mirando la carretera.

Finalmente llegaron a un edificio, el cual TaeHyung sabía que se encontraba abandonado hace ya cinco años. ¿Qué hacían ahí entonces? Frunció el entrecejo y dirigió su mirada al mayor, quien se encontraba tecleando algo en su celular.

–Este edificio está abandonado, ¿qué hacemos aquí?

–Que observador eres TaeHyung –dijo sarcásticamente sin levantar la vista de su celular, a lo que el contrario sólo rodó los ojos. –debo entregar algo a unos amigos, baja si quieres.

Y así lo hizo. Ambos se dirigieron a la parte trasera de aquel edificio. Unos chicos, nada confiables según TaeHyung, se encontraban en un costado. Está mal juzgar por las apariencias, pero las grandes ojeras que traían, sus miradas perdidas y sus pintas, hacía que el menor se tensara a un lado de JungKook.

–JungKook, hermano –una voz gruesa y rasposa se dejó escuchar en el lugar casi desértico.

Jackson Wang, viejo amigo, ¿cómo has estado?

Bind me || KookV +18Onde histórias criam vida. Descubra agora