Niebla

El primer día de clases

 

Entré al liceo Bulevó. Me acomodé la pollera a cuadros roja que debíamos llevar las chicas y observé a mi alrededor. Estaba lleno de gente. Las paredes eran blancas y había alguna que otra pancarta. Miré una de las pancartas que colgaban de la pared. En la pancarta decía:

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Luego había toda una lista de nombres abajo. “Por suerte vine a dar mi ficha médica ayer, sino no tendría tiempo de inscribirme” pensé y tomé el bolígrafo que colgaba de la pancarta por una pequeña cuerda pegada del otro lado. Escribí: María Sandra Yugatoski, con mi hermosa letra que no sé de quién heredé y me fui al salón de clase, que según decía en mi horario, me tocaba a esa hora.

Caminé de lo más tranquila, pero, de pronto, me crucé con una rubia, bien pero bien rubia, con el pelo lacio y largo hasta la cintura. La miré. Era de mi altura, un metro sesenta y ocho quizás, con la piel de color rosa bien claro. Tenía los ojos azules. Miré su uniforme tan sólo para memorizarla. Llevaba lo mismo que todas las chicas del colegio: camiseta blanca de manga corta, un buzo rojo, pollera a cuadros roja, zapatos negros y medias hasta las rodillas blancas. Nada diferente.

-Perdón.-me disculpé.

-No pasa nada, estoy acostumbrada.- me respondió la rubia con tono amistoso. Pronunciaba mucho la erre.

-María Sandra- me presenté y alcé la mano para que me la estrechara.

-Rosarkka.-se presentó ella y me estrechó la mano. Sonrió al ver mi expresión en la cara.- Soy ucraniana.- me explicó.

Asentí.

-¿Quieres que te presente el colegio y a una amiga mía?- me preguntó Rosarkka.

-Sí, muchas gracias.-le respondí.

Rosarkka se paró. Se dio media vuelta y me miró.

-Creo que deberíamos ir a clase.- me dijo. Sonrió.- Ha sido un placer haberte conocido.

-Lo mismo digo.-le respondí y le devolví la sonrisa- Gracias por todo y además, gracias por la molestia que te tomaste al hacerme el tour por el colegio.

Rosarkka se rió.

-Eres una amiga.-me dijo sonriente- Los amigos se hacen favores entre ellos.

-Sí, ya lo sé.-le respondí y sonreí.- Vos también sos mi amiga.