¿Dónde está el peligro?

7 0 0
                                    

Sentí ruidos en mi habitación. Me levanté y abrí la puerta estando en pijama. Era José.

-¿Dónde estabas?- me preguntó.

Lo miré. Había pasado toda la tarde buscándolo y él aparecía ahí, mágicamente.

-Te busqué toda la tarde.-dije.

-No parece, si me hubieras buscado toda la tarde no estarías durmiendo hace más de cinco horas.

Alcé una ceja.

-Parece que alguien olvidó las reglas de llegar temprano al hotel para no pegarme un susto.- bromeé de mala manera.- Tuve que comer en casa de Celeste. Y su casa es su misma oficina con baño y cocina. Dijo que te conocía. ¿Son amigos o algo así?- pregunté.

-Sí, digamos colegas. Aunque, si yo fuera vos, no vendría a abrirle la puerta a alguien estando en ese estado.-  señaló José, mirando mi pijama de conejos y mis pantuflas de pata de oso que mi abuela me había comprado a los 14 años.

Bufé.

-Esto es  un hotel y hay una cosa que se llama “dormir” por si no sabías, que se hace estando con ropa cómoda.- le arrebaté.- Y vos no sos nadie para decirme cómo y  cuándo debo de estar vestida de determinada manera.- “eso lo decido yo” pensé.

José bufó también.

-Vaya, ¿qué es lo que te mantiene tan molesta? ¿El hecho que haya estado cazando y salvando gente? Acuérdate que nosotros necesitamos comer  y salvar personas es nuestro deber,  por lo que matamos vampiros y Oxighes, si es posible.- amenazó José, acercándose hacia mí.

-Me mantiene tan molesta que no hayas estado cerca de mí ni un minuto cuando se supone que tenés que estar ayudándome mientras mi familia está en peligro.

-¿Dónde está  el peligro?

Me enfurecí ante la respuesta de José y le cerré la puerta en la cara. ¿No veía de qué peligro le hablaba? Era un idiota.

 

NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora