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“Si una es tan idiota como para creerle a un hombre, va a ser tan idiota como para no enfadarse con él  después de lo sucedido con ese hombre. Firma: Rosarkka”

Esta es la carta que me mandó hoy Rosarkka cuando vio mi cara después de la escuela el lunes, al darme cuenta que me habían jugado una broma.

“Rosa, no te preocupes por mí. No necesito a nadie para que se preocupe de mí. Ya tengo una vida complicada, no la compliques más te lo pido por favor. Besos, Mari.”

“No lo creo. ¿Querés juntarte conmigo y Mercedes esta tarde? Vamos a ir a divertirnos por ahí y quizás vamos a la tienda de mi madre a probarnos un montón de ropa. Olvídate de tu vida de vez en cuando y vive una nueva .Otro de los consejos de mi madre.”

“No quiero. Después hablamos. Tengo cosas que hacer.”

El resto de la clase de la mañana con la profesora de biología fue aburrida, pero cuando volvimos del recreo para clase de lengua con el profesor López todo cambió.

Me senté al lado de José, en mi lugar de siempre. José estaba sentado leyendo un libro de historia y parecía que el resto del mundo no existía. El profesor López nos había preparado otro de sus exámenes sorpresa, por lo tanto se veía ocupado en su tarea de repartir hojas. Con el profesor López si no estudiabas sacabas muy mala nota por lo difíciles que eran sus exámenes.

El profesor López, al pasar por mi mesa, me miró y me dijo:

-Después de clase, a eso de las siete de la tarde, debo hablar con usted, señorita Yugatoski.

-Está bien.-respondí fríamente.

Cuando el profesor López dio la orden, la clase entera comenzó a hacer el examen. Reinó un silencio que duró durante una hora y media, tiempo que nos dio el profesor para terminar el examen. El examen sorpresa que nos había preparado tenía veinte hojas con diez preguntas cada hoja, en las que debías responder detalladamente cada pregunta.

Luego del examen, el profesor López retiró cada examen de cada lugar, exigiéndonos de ponerle nombre, apellido, fecha y hora. Eso ocasionó un montón de preguntas sobre la hora y  si poníamos el año y esas preguntas que hace todo el mundo o para tener más tiempo para responder preguntas o para perder tiempo de clase, u otras opciones no muy utilizadas en estos casos.

Él nos indicó al final de la clase:

-Alumnos, me gustaría decirles que la próxima semana repartimos el boletín con las calificaciones, y espero que estudien para el examen que tienen dentro de un mes, que va a ser el examen que dirá si pasan de año o no. Estudien mucho, que tendrán un examen de ese tipo para cada materia.

-¡Sí, profesor López!- se oyeron los gritos por toda la clase.

Cuando toda la clase se fue, me acerqué al escritorio del profesor  le pregunté:

-¿Para qué me quería, señor López?

-Yo solamente puedo llamarle de esa manera a usted, pero haga lo que quiera.-me respondió molesto.

Me senté en la silla que estaba enfrente al profesor y lo miré.

-Profesor, tengo clase dentro de diez minutos y quisiera ver si puedo hablar con usted antes de mi curso para hacer el diario escolar.-le dije.

-No hay nada que hablar ahora, puesto que tengo otra clase, y si no le molesta la clase que tiene para hacer el periódico escolar es opcional, no todos la toman y si no me equivoco el periódico escolar sale cada semana.

-Es verdad, profesor, pero me gustaría saber porqué me quiere después de clase.

-Porque me han llegado quejas de parte de un alumno sobre que usted molesta y copia en clase y me gustaría decirle que si es así en el próximo examen le pongo un cero. O sea, usted elige: o se declara, o tiene un cero y repite el año.-me lanzó el profesor López.

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