Capítulo 1: Si tuviera que elegir, los ómnibus no existirían

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¿Alguna vez no se preguntaron por qué los ómnibus son tan odiosos? Yo tengo ya varias respuestas a esa pregunta. Primero, los guardas, si  no sabés que calle es esta o tal otra, y le preguntás, te miran con cara de fastidio y te responden, por ejemplo: “Bulevar Artigas”. Y tá. Y lo mismo te pasa cuando le preguntás al conductor del ómnibus si paran en el Portones Shopping, por ejemplo, y te miran con una cara… Segundo, NO tienen cinturón de seguridad. Tanto joden, pero, ¡no los ponen! Es más: ni la Intendencia Municipal De Montevideo, ni la Intendencia de Rocha ni la más mínima intendencia uruguaya o argentina (bué, no sé si lo hacen los argentinos) revisan los ómnibus.  Yo, María Sandra Yugatoski, de dieciséis años, si me correspondería a mí tomar la decisión, los ómnibus no existirían. Y punto.

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