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Francia, Octubre de 2017

— Buenas tardes a todos. Ahora que Viola y Lenox han llegado, podemos dar comienzo a la reunión. Como anfitrión, expondré los motivos que nos han llevado a la encrucijada de decidir si, de una vez por todas, aboliremos el machismo que reina entre los de nuestra especie.

Aún en el siglo en que nos encontramos, y con las crecientes protestas que todas las mujeres llevan a cabo cada día en todas las partes del mundo, siguen existiendo colectivos dominados por el miedo. Colectivos de mujeres que temen protestar o luchar por sus propios derechos.

En el mundo de los licántropos, muchas mujeres lobo siguen temiendo enfrentarse a los hombres lobo.

Sin embargo, y gracias al avance en el mundo humano de los derechos femeninos, muchas manadas de licántropos en Europa, han introducido desde hace años los patrones de conducta de respeto e igualdad entre ambos sexos dentro de los valores requeridos para formar parte de la manada.

Este es el caso de Inglaterra y Francia, que siendo dos de los cuatro países que aún conservan su realeza, dan ejemplo al resto de países de la unión; pero tienen dos acérrimos detractores dentro de la propia monarquía: Alemania y España.

En realidad la única detractora de la abolición del sistema machista es Alemania, pero España depende de ellos para sobrevivir y continuar con la vida normal de los hombres lobo, por lo que siempre se pone del lado de Alemania ante cualquier conflicto. Francia e Inglaterra han querido ayudar muchas veces a España, pero la red Alemana dentro del país es tan amplia que temen trabajar con alguien que no sean los alemanes y que haya represalias. Por lo que la última esperanza de que el machismo en el mundo de los hombres lobo desaparezca, es que Alemania cambie en algún momento de opinión, o que estalle una guerra contra ellos; y teniendo en cuenta el número de manadas pertenecientes a cada dinastía, ellos tendrán siempre las de ganar.

— Se abre el careo previo a la votación - termina Hada, reina de Francia.

— Como ya sabéis - interviene el primero: Adolph Steel, rey alemán, sin que nadie se inmute - Alemania votará en contra. Da igual lo que aquí se exponga, y los argumentos a favor y en contra de la situación. Desde tiempos inmemoriales, los hombres hemos sido seres superiores a las mujeres. Somos los Alpha, los guerreros de las manadas. Ellas existen únicamente como complemento a nuestra especie, y nosotros nos encargamos de su protección y seguridad, en agradecimiento por completarnos.

Viola, la reina de Inglaterra, se levanta como un resorte de su asiento para refutar la afirmación del alemán. Su marido Lenox le dedica una mirada de admiración cuando la ve levantarse por sus derechos y los de todas las mujeres.

La lucha es de ambos sexos, pero el rey inglés admira mucho a todas las mujeres que se enfrentan a los hombres que se creen superiores a ellas, por eso la deja hacer a su antojo, y la admira en secreto cada vez que muestra pelea a un hombre. Su Luna no necesita protección de un igual a ella, sólo su apoyo, que es lo que él le brinda al observarla intervenir en el coloquio. Ojalá los alemanes lo entendieran algún día.

— No somos complementos de nada, Adolph. De hecho te recuerdo que sin su Luna un Alpha no existiría. ¿Ya ha encontrado tu hijo a su compañera de vida? Porque a este paso vas a jubilarte cuando mueras, querido.

— Somos el apoyo que el Alpha necesita en momentos de soledad, nada mas. Por otro lado, los asuntos concernientes a nuestra familia no te incumben, Viola. Deja a mi hijo a un lado.

Dama mira con desprecio y odio a Viola. Cada uno que luche por su causa, pero la familia ha de respetarse. Viola palidece con la mirada de la alemana, pero aún más con sus palabras. No puede entender que una mujer se humille de esa manera en público creyendo fervientemente las palabras que está pronunciando.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora