VI

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Dirk's POV

Estamos en las mazmorras, supongo que para evitar ser escuchados, ya que todos los sirvientes hoy se encuentran en la fiesta que se desarrolla arriba. Mi padre está que trina. Mi madre intenta calmarle con su toque pero no lo consigue. Mi hermana está mirando a la nada. Yo me encuentro de brazos cruzados apoyado contra la pared.

Pensaba que encontrar a mi mate sería mas sencillo, y sobre todo, mas íntimo. Pero nos separa la ideología de dos familias completamente opuestas. No sé si mi padre cederá a todo lo que ella me va a pedir...

Mi compañera se encuentra fuera discutiendo algo con sus padres. Cuando entran me da un vuelco al corazón. Parece que ha estado llorando. Quiero acercarme a ella y calmarla, intentar reconfortarla con mi toque, pero no creo que sea lo más conveniente para ninguno de los dos. Los presentes nos sentamos a la mesa. Mi padre y el suyo encabezando la reunión.

Y no puedo evitar tener los nervios a flor de piel...

— Bien, por mucho que me disguste, vuestra hija es el mate de mi heredero - habla mi padre en un tono lo más neutral y calmado que le es posible, o al menos así lo percibo yo - Como mi familia es más poderosa que la vuestra, la tradición marca que es ella quien debe venir a vivir aquí en caso de disputa. Y que no se os olvide que si se le niegan a mi hijo sus derechos, nos corresponde por ley aniquilar vuestra manada.

Mi padre tiene razón. Por muy moderna que sea la sociedad en su país, las leyes que rigen nuestro mundo han permanecido así desde hace siglos, porque nunca ha habido ninguno de estos casos...

— Disculpe, señor...

Mi mujer interviene enseguida, antes incluso que su padre, lo cual cabrea al mío. Lo sé por su expresión de asco y disgusto. Aún así, consigue mantener las formas en la medida de lo posible.

— Adoplh Steel.

— Bien, señor Steel. No sé qué cree conseguir con esa amenaza, pero seré muy clara: si sigue tocándome así las pelotas, rechazaré a su hijo sin darle opción de nada. Y no me importa que le declare la guerra a mi manada. Tiene usted más detractores de los que cree.

Mi padre estalla, y le comprendo. Una "extraña" se acaba de atrever a faltarle al respeto en su propia casa. Al Alpha... Y no sólo eso, sino que también nos ha amenazado.

El lobo de mi padre aparece en cuestión de segundos, y el mío le da réplica interponiéndose entre él y mi mate al instante. No permitiré que le haga daño ahora que la he encontrado.

Gruño como un salvaje avisando a mi padre de que si tengo que pelear con él, lo haré. Aunque yo aún no sea el Alpha mi lobo es mas grande, mas fuerte y mas letal que el suyo. Y él lo sabe.

Dos guardias entran de inmediato y cuando ven la escena dan marcha atrás, pero mi hermana interviene enseguida.

— Traédles un albornoz, aún no hemos terminado la reunión.

— Adolph, cariño, no son las mejores circunstancias pero tú hijo ha esperado por ella muchos años - susurra mi madre al oído del lobo de su marido.

A mi padre no le queda más que ceder y ambos salimos del cuarto tras los guardias. Volvemos a nuestra forma humana y enseguida llegan los inútiles de mi padre con los albornoces. Nos los ponemos por encima y volvemos a entrar. El padre de mi chica decide tomar las riendas de la situación, y lo agradezco.

— Vamos a calmarnos todos. Creo que las dos partes deben ceder un poco si queréis que esto funcione. Os dejaría a los dos hablarlo a solas, que sería lo conveniente, pero no quiero que mi hija se vea obligada a nada que no desee. Y lo siento, pero vuestra fama os precede.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora