XXXIV

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Aquí está el primer capítulo que os prometí del maratón. Me gustaría haber subido los tres pero los otros dos aún tengo que corregirlos así que irá uno el Lunes y otro el Martes, ¿os parece bien?

Por cierto, siento haber tardado tanto en actualizar pero mi vida está siendo una completa locura. Gracias a todos los que seguís apoyándome incluso con mi ritmo de actualizaciones...

¿Tenéis ganas de que vaya llegando el final? ¿Creéis que habrá Segunda parte? Contadme impresiones.

Os quiero❤️

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Johann's POV

No soy consciente de la rapidez con que la noche empieza a atraparme entre sus frondosas telas de araña. Solo sé que cuando mi mejor amigo introduce los pies en la fuente, tal como lo hice yo hace ya unas cuantas horas, no soy consciente de su presencia hasta que no escucho su voz dirigiéndose a mi.

—¿Qué te ha dicho? —tiene que preguntarme en más de una ocasión para que consiga centrar mi atención en su mirada.

—No puedo hacerlo, Dirk —confieso en un leve susurro—. Es pedir demasiado.

—Como no me cuentes que te ha dicho va a ser difícil que te entienda, lo siento.

—Quiere que su pelotón libere a las mujeres que Alan ha secuestrado durante todos estos años para tenernos cogidos por los huevos. No puedo hacerlo, Dirk.

— Johann...

—¿Dejarías la liberación de Zoe en manos de cualquiera?

Se queda callado y me mira en silencio, impasible. Sé que le ha dolido que le haga la pregunta. No por la pregunta en si, sino por la respuesta que quiere darme, pero no puede... Porque él mismo va a dejar la vida de Zoe en manos de alguien en quien a penas confía.

—Voy a hacer algo peor que eso, Johann. Y, porque se lo que duele, te voy a ofrecer algo que me gustaría poder tener la oportunidad de aceptar si lo hicieran conmigo. Ve con ellos.

—¿Qué quieres decir?

—Ve con Henry y con Zoe a liberar esas mujeres y escoge tú al hombre de confianza que sepas que es capaz de suplirte al mando si quieres.

—Dirk... No puedo aceptar eso.

—Y tampoco puedes aceptar que otra persona libere a tu mujer, ¿no?

—No es justo para tí.

—¿Cuándo ha sido justa la vida conmigo? —me pregunta irónico.

—Cuando te emparejo con esa pedazo de hembra, Dirk. Aunque ahora mismo me gustaría odiarla.

Sonríe con mi comentario, divertido. Es capaz de apreciar y amar cada pequeña porción de Zoe incondicionalmente. Nunca había visto así de feliz a Dirk por el mero hecho de nombrar a una mujer, y me alegro por el.

Quizás el hecho de sentirse enamorado le ha permitido convertirse en un líder no solo justo, sino también compasivo, como está demostrando ser. Y yo no puedo hacer más que corresponder la confianza que Zoe y Dirk han depositado en mi.

No quiero caer en el pozo de odio y autodestrucción en que Adolph nos sumergió durante tanto tiempo a muchos de nosotros. No se trata de lo que nos separa, si no de lo que nos une. Y sin confianza no puede haber unión. Ellos han confiado en mí desde el minuto uno y no puedo hacer más que devolverles esa confianza.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora