XV

10.2K 597 21
                                    

Zoe's POV

Cuando me despierto por la mañana, con ese calor y aroma varonil característico al que me estoy acostumbrando, no puedo dejar de sonreir pensando en la primera noche junto a Dirk.

No puedo evitar pensar en todo el tiempo que perdí con Henry... Pensaba que me lo estaba pasando bien, pero desde luego no puedo dejar de desechar esos momentos en mi mente, cambiándolos por los que mi mate me regaló ayer... Todo lo demás se desdibuja, no creo que nada se pueda comparar jamás con la conexión que nos unió ayer. Mi madre tenía razón, no debo anteponer nada a nosotros, porque es este nosotros el que me hará sentirme viva el resto de mi vida.

Me ha costado aceptar que la conexión entre compañeros sea tan profunda, pero después de estos días, de sentirlo mío... No hay posible negación al hecho de que yo ya no seré yo sin él, porque es él quien me completa. No era yo hasta que el no llegó. No rocé nunca la felicidad que él me ha demostrado que se podía sentir con simples gestos o caricias. Ni el placer de hacer el amor con tu pareja... Y no pienso dejarlo escapar.

Empiezo a dejar besos castos por la cara del hombre mas hermoso que he visto en mi vida, y que gracias a los dioses es mío, intentando despertarlo. Él sonríe aún con los ojos cerrados, y juro que esa sonrisa hace que mi estómago vuelva a sentir mariposas revolucionándolo todo a su paso... Cuando me mira con esos ojazos claros, no puedo evitar derretirme y darle un beso tierno en los labios.

— Buenos días, preciosa.

— Buenos días, precioso - bromeo un poco con él, y me devuelve el buen humor - No quiero estropear el momento, pero quiero que hablemos y sentemos las bases de nuestra relación para no tener futuros malentendidos.

— Bien, creo que será lo mejor, pero antes...

Dirk empieza a dejar besos húmedos en mi garganta, lo que me enciende enseguida queriendo repetir lo que tantas veces hemos hecho durante nuestra primera noche juntos... Así que me dejo llevar por la tentación una vez más antes de embarcarnos en nuestra próxima pelea.

***

Decidimos finalmente ir a mi casa a cambiarnos antes de embarcarnos en la discusión que tendremos, pues es imposible centrarnos en otra cosa que no sean nuestros cuerpos desnudos.

Una vez nos hemos vuelto a convertir en humanos con las hormonas menos revolucionadas gracias a nuestra vestimenta, es casi medidía, así que cogemos algo de comida en mi casa, y partimos a un lugar alejado, pero al que podemos llegar a pie. Está en los lindes del bosque, es un pequeño claro con un sauce llorón que da sombra. Nadie suele venir aquí porque está muy cerca del fin del linde de la manada, así que espero que nadie nos interrumpa.

— Dirk, sé que has puesto bastante de tu parte desde que nos conocemos. Pero yo también. Y me molestó mucho que escaparas corriendo de mi casa sin tenerme en cuenta después de haberte dado tu lugar... Me da igual que le cortaras la mano a Henry, no es que me guste, pero lo entiendo... Él cometió el error, no tú.

— Necesitaba relajarme en ese momento. Si no me llego a ir, realmente le habría arrancado la cabeza a ese inútil. Puede que me hayas visto muy comprensivo o paciente desde que me conoces, pero realmente no soy así... Me esfuerzo por tí, porque todo vaya bien, pero tengo un límite... Y Henry ya lo ha cruzado.

Me acerco más a el, que está apoyado en la corteza del árbol, y me siento a horcajadas sobre sus musculosas piernas. Enseguida me coge por la parte baja de mi espalda para atraerme más a él mientras me mira con una ceja alzada y una sonrisa pícara.

— No seas tonto, así puedo verte directamente. Y de paso estar mas cerca, pero no en ese sentido...

Me sonrojo ligeramente y el niega y me da un beso suave.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora