XXXI

5.1K 319 15
                                    

Zoe's POV

Cuando me levanto temprano por la mañana, me cuesta deshacerme del abrazo de Dirk. Hace apenas un par de horas que llegó y me envolvió con su abrazo y su perfecto aroma varonil.

Me levanto y me dirijo a la ducha para empezar bien el día. Me temo que las noticias que me va a dar mi compañero no me van a gustar, por lo que me preparo para la inminente discusión. 

Estoy disfrutando del chorro de agua templada que envuelve mi cuerpo, calmándolo, cuando noto una presencia que se introduce dentro de mi ducha para acompañarme. Me giro y veo a Dirk completamente desnudo y aún somnoliento.

— Apenas has dormido dos horas y es temprano. ¿Por qué no duermes un poco más? - le sugiero.

— Buenos días preciosa - me dice metiéndose debajo del chorro, robandome el agua - Ven aquí.

Me acerco para que me envuelva entre sus brazos debajo del chorro y me atrapa como un león lo haría con su presa: anhelante y decidido.

No hace falta que me coja del cuello para darle acceso a mi boca enseguida. Su simple olor me vuelve loca y hace que mis defensas caigan. Siento la pasión y el deseo que emanan de cada poro de su piel en la manera de besarme de mi compañero, y yo le devuelvo las mismas sensaciones que me regala, porque por muy pocas horas que pasemos separados siempre son demasiadas. Por mucho tiempo que pasemos juntos nunca es suficiente.

Enseguida me atrae hacia él colocando ambas manos en mi trasero y tocando y amasando a su gusto. Noto su prominente erección contra mi vientre y no puedo evitar soltar algún suspiro que le enciende incluso más...

Aprovecho para dirigir mis manos donde realmente me interesa y juego un poco con él antes de comenzar a darle placer de manera sutil.

— Zoe... - susurra ronco.

— Shhh, necesito esto.

Él obedece de inmediato y se deja hacer. Dirige sus manos a la misma zona en que yo las tengo para devolverme el favor, y con el primer roce siento cómo el orgasmo me acecha desde lejos. No logro entender cómo cada vez que me toca consigue que me sienta al borde del clímax, pero con Dirk siempre es así...

Cuando empieza a introducir sus dedos en mi interior sus gemidos empiezan a descontrolarse, lo que me impide seguir concentrándome, necesito más de él... Lo necesito todo.

Aparto sus manos y las mías de donde las tenemos colocadas, y lo beso con pasión mientras doy un pequeño salto para quedar a horcajadas sobre él, gesto que pilla enseguida impidiendo que me caiga. Me coloca contra la pared con violencia y se aparta un segundo de mis caderas para colocarse de manera que pueda penetrarme con fuerza y hasta el fondo, de una estocada.

Ambos soltamos un gemido de placer que se habría escuchado desde su castillo si las paredes no hubieran estado insonorizadas.

— Joder, Zoe - jadea mientras me embiste con violencia.

— Así, Dirk, dame así.

Se vuelve loco cada vez que le doy alguna orden, así que me obedece enseguida y sube el ritmo de sus penetraciones. Me sube las manos por encima de mi cabeza y comienza a regar de besos húmedos mi cuello con la misma violencia con la que se introduce dentro de mí una y otra vez.

Ambos estamos fuera de nosotros. Sabemos que los días venideros serán duros, y necesitamos esto. Necesitamos sexo y contacto. Liberarnos.

Y así, entre jadeos, embestidas y posturas de todo tipo... Nos damos los buenos días.


Cuando bajo a desayunar veo que hay en mi cocina más gente de la que me esperaba. Además de mis padres están Henry y su padre, sin contar el amigo de Dirk al que aún no he tenido el placer de conocer.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora