II

11.7K 754 228
                                    


Noviembre 2018,
Manada "Sombras de la noche"


Dirk's POV

Aún no entiendo por qué mi padre está tan ansioso con la dichosa convención. Vienen manadas de otros países, ¿y qué? No será más que otra estúpida reunión para que mi madre intente buscarme una Luna. Como si la tuviera...

Creo que si mi Luna estuviera por ahí ya la habría encontrado. Llevo más de seiscientos años esperándola, aunque ahora aparezca, ya no la quiero... Que se la quede otro. El estúpido puesto de Alpha no merece la pena la espera ni el dolor de la soledad que he pasado durante todo este tiempo... Mucho menos ninguna estúpida mujer.

— Dirk, dúchate, apestas.

Me dice mi hermana divertida mientras entro a su habitación. La ignoro y le doy un beso rápido en la mejilla antes de que pueda apartarme.

— ¿Qué tal el día hermanita?

— ¡Qué asco Dirk! Precisamente para evitar esto te pedía que te ducharas... Prefiero que me beses una vez has eliminado todo rastro de sudor de tu maldito cuerpo.

Ruedo los ojos. La pija de mi hermana y sus manías. No hay quién la aguante. Mujeres...

— Vamos, cuéntame qué has hecho mientras yo entrenaba con esos idiotas.

— Entonces tú también eres un idiota si entrenas con ellos... Pues, nada... Lo de siempre. He cocinado y arreglado algunas cosas con mamá, y he ido con Erika a tomar un café a la ciudad.

— Últimamente pasas mucho tiempo con esa chica, debes presentármela. Si te cae tan bien puede que a mi también me convenza.

Elevo las cejas numerosas veces. Estoy seguro de que a mi hermana le gusta esa chica. Y necesito saberlo cuanto antes, porque no quiero que levante las sospechas de mi padre... Si quiero porteger a Bluma, necesito saber qué hay realmente entre las dos, y quitarle cualquier idea absurda a mi hermana de la cabeza.

— Te he dicho que somos amigas, idiota. No seguiré hablando contigo hasta que te duches. En tu habitación.

— Está bien, vengo antes de cenar a verte y así hablamos enana.

— ¡Si soy tu hermana mayor!

Me tira un cojín pero consigo cerrar la puerta a tiempo para que no impacte en toda mi cara. Me dirijo rápido a la habitación para poder estar un rato con Bluma antes de cenar, es de las pocas cosas del día que realmente disfruto. No puedo evitar llamarla enana, físicamente lo es a mi lado. Y me gusta pensar que realmente es la pequeña, que la cuido y la protejo de todo lo que le rodea.

Lamentablemente no se puede luchar contra todo en esta vida...

Me doy una ducha rápida alejando los pensamientos absurdos de mi cabeza y me visto enseguida con ropa cómoda para volver con mi hermana.

Entro sin llamar en su habitación y me la encuentro mirando al móvil y escuchando música.

— Apaga eso, es basura.

— Tu si que eres basura, ven.

Me hace sitio en la cama a su lado. Yo me recuesto cómodamente y cojo un cojín de lentejuelas que me encanta porque se cambian de posición: un cielo estrellado da lugar a una luna llena. Me desestresa toquetear esta mariconada de mi hermana, qué le voy a hacer.

— Blumi, ¿qué pasa con Erika? No quiero que me mientas.

Miro a mi hermana a los ojos a sabiendas de que no es capaz de mentirme si lo hago.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora