XIX

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Zoe's POV

Me sorprende comprobar que los días en el castillo se pasan más rápido de lo que en un inicio me imaginaba. Conseguí sobrevivir a mi primera semana en el castillo sin ningún incidente. Bueno, sin contar con la primera cena. Las horas de viaje y el agotamiento me excusaron en esa ocasión.

Supongo que el tiempo es relativo, y que cuando al fin encuentras tu mitad todo lo que pase alrededor se desvanece, y todo tiempo juntos nunca es demasiado. Ni demasiado poco.

Mientras que mi relación con Dirk no hace más que mejorar, todo lo demás en mi vida parece desmoronarse. En el castillo hay todo tipo de normas opresoras contra la mujer: postura frente a los hombres, vestimenta, profesiones limitadas e incluso toque de queda. Gracias a dios Dirk me permite como pareja mucho más que el resto de los hombres les permiten a las suyas, todo basado en la explicación de que es a lo que acostumbran en mi manada. Aunque esto no sirve para convencer a su padre, y ambos lo sabemos, pero de momento vamos capeando el temporal.

Sin embargo, aunque al principio las mujeres me observaban con rechazo, ahora me observan con curiosidad. Y sólo por eso, y por sembrar la semilla de la duda en sus conciencias, cualquier problema que tengamos que afrontar Dirk y yo más adelante merecerá la pena.

El único tema que sigo sin poder tolerar desde que llegué es la inminente boda de mi cuñada con un gilipollas más grande que el maldito Adolph. Y me parece que también mas mayor... Me temo que la boda le urge mucha más prisa desde que Dirk y yo somos compañeros, dado que la unión con un país con los mismos ideales que el suyo, le da aún mas fuerza frente a una posible guerra. 

Y después de un tiempo aquí no me parece posible, sino más bien probable que una guerra entre mi manada y la de Dirk pueda llegar a estallar...



Dirk's POV

Tener a Zoe en el castillo es una de las sensaciones más contradictorias que he tenido el placer de sufrir en mi vida. 

Amo tenerla aquí, junto a mí, después de décadas sin ella. Pero también sufro cada instante que siento que se expone más de lo normal, o que genera un conflicto que pueda cabrear a mi padre.

No puedo negar que sus métodos son efectivos. Ha conseguido que las mujeres pasen de repudiarla a observarla con atención. Algunas me atrevería a decir que con admiración. Aunque las mas sometidas temen su comportamiento por lo que les pueda conllevar. Muchos machos están castigando a sus mujeres por el comportamiento de Zoe, incluso sin que sus mujeres hayan adoptado la misma actitud, simplemente por el mero hecho de que mi compañera les suscita curiosidad. También ha conseguido que los machos me juzguen por no controlar a mi mujer como es debido, ni sus comportamientos. Sé que esperan de mi un trato hacia Zoe como el que ellos dan a sus mujeres, o incluso como el que mi padre le daría a mi madre si se comportara como Zoe; pero yo ya no soy capaz de comportarme así.

Ahora puedo ver que lo correcto no es atar a la persona que tienes a tu lado, lo es dejarla libre. No quiero a Zoe a mi lado por obligación, sino por elección. No quiero que se vea en la situación de mi hermana: casándose con un hombre por elección de personas que no son ella. Aunque he de decir en su contra que si no quería hacerlo debería haberse opuesto y no aceptarlo desde el primer minuto. La Bluma que conozco habría opuesto algo más de resistencia...

Zoe lleva maquinando algo desde entonces, y me vuelve loco no saber qué es... Necesito que se abra a mí y me lo cuente, porque estando aquí me da miedo que actúe de una manera que no vean adecuada los integrantes de mi manada e intenten darle una lección aunque no sea su derecho, si no el mío... Aunque castigar a Zoe no es mi intención de ninguna manera.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora