XVII

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Dirk's POV

Los días siguientes al enfrentamiento entre Zoe y Henry son bastante tranquilos en todos los sentidos. Ella no puede evitar estar algo ausente y dolida al pensar en ello... Y yo intento estar ahí para ella en todo momento, lo cual parece aliviarla. Me ha presentado a muchos amigos, casi todos hombres he de decir, y todo el mundo aquí es muy agradable. Bluma ha venido con nosotros en casi todos los paseos por la manada que hemos dado y también parece agradarle el ambiente. Ella sería más feliz en un sitio así que en el castillo... Pero lo que no puede ser no puede ser.

Todos los amigos de Zoe la apoyan en su enfrentamiento con Henry, aunque también le dicen que la avisaron en su momento de que pasaría. Y ella solo asiente y evade el tema lo que puede. No puedo evitar fijarme en que Zoe levanta bastantes pasiones allá donde va. Los cachorros la miran con admiración, los jóvenes con algo más que eso... Y los chicos de su edad, incluso con pareja, se la comen con los ojos literalmente. Así que aunque todo el mundo me caiga bien, lo estoy pasando realmente mal intentando no saltar a la ayugular de nadie. Incluso algunos hombres con pareja la miran con deseo... Cosa que sí que no puedo entender.

Por desgracia para todos, que hemos estado muy tranquilos aquí, los días están llegando a su fin.

Los padres de Zoe deciden dar una pequeña fiesta antes de que nos vayamos, así que ésta consigue llevarme de compras a escoger algún vestido bonito, porque al parecer va a ser de etiqueta. Yo me dejo hacer con tal de hacerla feliz, y me sorprendo divirtiéndome en la incursión al centro comercial, a pesar de que mi querida hermana también ha decidido acompañarnos.

Compruebo entonces que Bluma y Zoe tienen buena sintonía. Son muy distintas, pero me alegro de que se lleven bien. Son las dos mujeres más importantes de mi vida. Aunque cuando se compinchan en mi contra consigo odiar un poquito ese vínculo.

Ambas han escogido un vestido largo muy sencillo, pero no podrían ser estilos más distintos. El de mi hermana es elegante y sofisticado, mientras que el de Zoe es sencillo y sexy. Ambos las definen a la perfección. Y aunque desearía por momentos que ambas no fueran tan guapas y destacaran tanto, no me queda otra que disfrutar así: sin rechistar.

Estos días me han servido para recapacitar mucho. Sin duda Zoe es mi Luna, la persona indicada para mí... Y aunque mis padres me han educado en la ausencia de cariño desde siempre... Ver el cariño que se profesa su familia me ha hecho replantearme muchas cosas. De hecho empiezo a ver estúpido la falta de afecto que muestran mis padres de cara a la galería. Los padres de Zoe se muestran cariñosos siempre que pueden... Y eso no les hace menos líderes, al contrario, todos les respetan y parecen tenerles un cariño idílico.

También he notado que Zoe y yo no podemos evitar ese mismo contacto que tienen sus padres, y me agrada comprobar lo cariñosa que es... Por fin ha asumido los sentimientos que despierta en ambos el vínculo, y aunque aún no nos hayamos dicho que nos amamos ni ninguna promesa de amor parecida... Me apetece sorprenderla en la fiesta de esta noche, así que aunque no vaya a decirle te quiero a los cuatro vientos, preparo un detalle que sé que le gustará. Y decido hacerlo ahora porque si lo hago en el castillo creo que mis padres me desheredan.

Pero me importa más lo que piense Zoe de ello, y como sé que aquí es donde ella es realmente feliz, decido hacerlo aquí. No será una declaración de amor a los cuatro vientos. Será un detalle que demuestre que ella es ahora mi mundo, y que estoy aquí para ella igual que sé que ella lo está para mí.

Pido ayuda a sus padres para ello, porque necesito un par de cosas para poder hacerlo. Y cuando me dispongo a escribir la canción que pretendo tocar al piano para mi compañera esta noche, aparece, cómo no... Henry por la puerta de su casa. Y para mi desgracia caminando. Y para mi miseria, preguntando por ella...

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora