XXI

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Zoe's POV

Después de pasar la noche en la cabaña del Jardín de Invierno con Dirk, nada me fastidiaba más que tener que irme de allí.

Habíamos pasado la noche entre risas, confesiones, caricias y amor, mucho amor. Pero había quedado con Linda, y no iba a fallarle cuando sabía que para ella acudir a la cita sería un gran esfuerzo...

Así que haciendo acopio de toda la fuerza de voluntad que tenía, convencí a Dirk para volver al castillo por el motivo que lo hacíamos. Él no lo entendió inicialmente, pero lo respetó. Supongo que se dio cuenta que realmente necesito algo de compañía femenina en el castillo, además de su hermana. La cual se había convertido en una sombra de lo que era desde que había aceptado la proposición de matrimonio que su padre le había ofrecido.

Cuando llegamos al castillo, riendo y más unidos que nunca, el primero en jodernos el estado de felicidad y plenitud fue su padre. Cómo no.

— En lugar de estar perdiendo el tiempo con tu hembra, ya deberías estar en la sala de reuniones. Sabes que me gusta estar preparado antes de que lleguen todos.

— Ahora mismo voy papá, aún tengo tiempo de darme una ducha, ¿no?

— No, no lo tienes. Pero vete a dártela. Prefiero que llegues con el tiempo pegado al culo a que todos en la sala huelan que estuviste retozando durante la noche, cuando deberías haber estado preparando la reunión.

No me puedo creer que un padre trate así a su hijo, y aún menos que tenga la poca decencia de referirse así a mí cuando estoy delante. Pero qué se le va a hacer. Mi hombre cada vez es mas perfecto, y su padre cada vez más gilipollas, si es que alguna de las dos cosas es posible...

Veo por el rabillo del ojo cómo la respiración de Dirk se acelera. Pero soy yo esta vez quien no va a permitir que el inútil de mi suegro nos joda el estado de felicidad en el que llevamos sumidos toda la noche. Acaricio la cara de Dirk levemente para que me mire en lugar de seguir asesinando a su padre con la mirada, y cuando lo hace le planto un beso cargado de amor y de "no lo hagas" implícito que me devuelve enseguida delante de la cara de su padre. Adolph 0 - 1 Zoe. Si hay algo que me gusta es jugar.

— No os interrumpo más, creo que sobro. Cuando termines nos vemos, cariño.

Y le sonrío con todo el amor del que soy capaz, para cabrear aún más a su padre si es que es posible.

Me alejo cuanto antes y los dejo discutiendo sobre lo que ha hecho anoche Dirk y lo que no, pues no puede culpar a su hijo por ser cariñoso conmigo aunque él no lo sea con su mujer... ¿no?

Decido borrar de mi mente el posible problema en el que he metido a mi compañero y subo las escaleras de dos en dos para no hacer esperar a Linda. Estoy segura de que él sólo puede manejar la situación.

Cuando llego al pasillo donde se encuentra la habitación que comparto con Dirk, veo a Linda dando paseos despreocupadamente cerca de mi puerta. Sonrío. Por un momento mi cabecita había barajado la posibilidad de que finalmente Linda se echara atrás. Pero no. Sin duda no me equivoqué al escogerla.

— ¡Linda! - la saludo desde lejos agitando una mano mientras me acerco más - Me alegro tanto de que hayas venido...

— ¿Le importa que nos reunamos en un sitio un poco menos... público?

Frunzo el ceño sin comprender, hasta que oigo pasos lejanos de los guardias que vigilan estas zonas que se acercan aquí. Abro rápidamente la puerta de nuestra habitación cuando veo que Linda pone cara de horror al escuchar los mismos pasos que me han hecho comprender que no quiere que los vigilantes la vean conmigo.

LA DOMA DEL ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora