Capítulo 3-T2

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Metió la mano a la bolsa de su chaqueta y sacó una pequeña cajita de terciopelo en tono tinto.
Abrí los ojos deslumbrandome ante la lógica.
-Le... tú... le...
-Le pediré matrimonio-anunció, rebosando de alegría.
Me levanté inmediatamente de la silla, emocionado. Mi hermano se casaría con la mujer de sus sueños.
-Felicidades-lo abracé-Me opacaste el regalo-bromeé.
-¿Qué le darás a _______?-preguntó, mirando el montón de tiras de colores y las estrellas sobre el escritorio.
-Justo lo que ves. Una botella llena de estrellas con un mensaje.
-Estás loco-rió.
-Sí, por ella-suspiré.
Zabdiel volvió a reír y me palmeó la espalda.
-Guardame el secreto-me pidió antes de desaparecer por la puerta.
Miré distraídamente hacía la ventana y me acerqué más para contemplar a la bella chica parada en el umbral de la casa de enfrente. _______ despedía a sus amigos. Me quedé mirándola hipnotizado por la belleza de su sencillez, y mis suspiros chocaron contra el cristal de mi ventana; hasta que ella miró en mi dirección, le sonreí enamorado y ella articuló un "Te extraño". La necesidad de estar con ella me embargaba; me sentía como el río que era atraído hacía el océano. Yo era el río, ella mi océano.
Le sonreí de nuevo, esta vez con nostalgia y bajé rápidamente a su encuentro, no me importaba si me desvelaba para terminar su regalo; pero justo ahora lo que quería era estar aunque sea un minuto con ella.
Salí de la casa atravesando la acera para llegar hasta _______.
-¿Dónde te has metido todo el día?-preguntó, besando mis labios y haciéndome estremecer ante su contacto.
-Un poco ocupado-musité con una sonrisa burlona.
-¿Haciendo?-enarcó una ceja.
-No seas curiosa. Espera hasta mañana.
Ella me miró con la típica cara que ponía cuando sabía lo que me tramaba.
-No me arruines la sorpresa, ¿quieres?-le dije.
Ella rió y su sonrisa definitivamente me hizo sentir cómo un huracán de inspiración me llenaba por dentro. Podía componerle incluso una canción a cada diente que ella tenía. Reí de esa ridiculez.
-Entonces, ¿mañana serás completamente mío?.
-Siempre soy completamente tuyo. Te veré a las siete de la mañana, ¿está bien?.
_______ asintió una sola vez. Me incliné para besarla de nuevo.
-Tengo que irme. Aún me queda trabajo por hacer.
-Buenas noches, Christopher.
-Buenas noches, mi amor. Descansa-besé su frente y me encaminé a mi casa de nuevo.
Subí a mi habitación, el cielo empezaba a ponerse oscuro y si no me apuraba quizá terminaría desvelándome más de lo que había calculado.
Las horas pasaron y la luz de mi habitación seguía encendida, miré el reloj electrónico sobre mi escritorio, pasaba de las doce de la media noche pero por fin había terminado. Satisfecho decidí dormir por fin, mañana sería un gran día; algo dentro de mí me lo decía.

(...)

Escuché el trinear de las aves en la mañana y me revolví entre las sábanas de mi cama. El día había comenzado con un ligero aire helado que se infiltraba entre los orificios de los filos de mi ventana. Miré la hora con los ojos entrecerrados, las nueve cuarenta y tres. Aventé las sábanas a un lado y salté hacía el suelo. Tomé mi celular y noté dos llamadas perdidas, ambas de _______.
-Qué estúpido-mascullé.
Me dirigí al baño y giré la llave del agua caliente de la regadera. Luego salí y marqué el número de mi novia. Sonó dos veces, y a la tercera contestó.
-¿Hola?-me dijo su dulce voz del otro lado.
-Discúlpame, me quedé dormido. ¿Qué necesitas?.
Su risa retumbó en la bocina como la melodía más hermosa que había escuchado.
-Sólo quería decirte "Buenos días".
Mi sonrisa instantáneamente se extendió por mi rostro.
-Buenos días, amor-dije.
-¿Cómo amaneciste?.
-Pensando en ti.
-Eres demasiado cursi, ¿te lo había dicho?-rió.
-Eres un poco agria, ¿te lo había dicho?.
-Tonto.
-Quiero verte-suspiré.
-Te estoy esperando desde las siete, ¿qué esperas para venir?. Te preparé el desayuno.
-¿En serio?.
-Sí, pero si no te apresuras comeré sin ti.
-No tardaré, lo prometo.
Colgué el celular y me metí corriendo a la ducha. Casi caí puesto que el piso estaba completamente mojado.
¿Desayuno? ¿Podía ser más hermosa?. Ella decía que yo era cursi, pero a ella a veces le gustaba también tener sus propias cursilerías, aunque no veía esto como cursi, me regaló la posibilidad de probar algo hecho por ella y hacerlo con ella.
Me apresuré un poco, si me estaba esperando desde las siete, posiblemente preparó el desayuno antes y debe tener hambre; reí un poco, _______ preparando algo de comer, levantándose temprano y todo sólo por mí. Sin duda la amaba demasiado.
Salí de la ducha, secándome con la toalla roja que había comprado hace un par de meses, sentí el roce cálido en mi espalda y me apresuré a secarme.
Me vestí en seis minutos, pero el cabello me costaría un poco más de tiempo. Lo arreglé obligando a mis dedos a moverse rápidamente y quedó tan igual que siempre. Bajé con las mismas zancadas que las de el día anterior.
-¿No desayunas?-me reprochó mi mamá.
-Sí, en casa de _______-dije a prisa y salí; sólo pude escuchar la risa burlona de mi mamá detrás de mí antes de cerrar la puerta.
Corrí a través de la calle y llegué a la acera de enfrente, llamé a la puerta un par de veces hasta que la belleza de _______ me deslumbró como el sol en la mañana.
-Lo siento-dije.
-No importa, pasa.
-¿Así que me preparaste el desayuno?-sonreí.
-Sí, pero no te burles. Tú sabes que no soy una experta-torció el gesto.
-No reiré, lo prometo.
Me hizo la seña de que me sentara en su mesa, una mesa rectangular de roble con un mantel bordado blanco. Llegó y colocó un plato con tres Hot Cakes en el y me puso la miel de Maple a su lado. Luego colocó un tenedor, un cuchillo y un trocito de mantequilla sobre un plato pequeño.
-Feliz día de San Valentín-se alzó un poco para quedar a mi altura y me besó en la mejilla.
Le sonreí, sabía que _______ nunca había celebrado un San Valentín, y a pesar de eso, lo estaba haciendo de maravilla.
Se sentó en frente de mí en aquella mesa y se sirvió un plato, con un Hot Cake menos que el mío.
-¿Tenemos planes?-preguntó curiosa.
-Sí-sonreí y me llevé a la boca un bocado de aquel desayuno-Está delicioso.
-¿Tú crees?-preguntó mirando el pedazo de Hot Cake enterrado en su tenedor antes de comerlo.
-Sí-reí-No eres un cero a la izquierda en la cocina después de todo-bromeé.
-Gracioso. Bueno, ¿y los planes son...?
Mi celular sonó al momento de que le iba a contestar, lo tomé y miré el nombre que se dibujaba en la pantalla.
-Es Zabdiel-mascullé.
-Contesta-me incitó, relajada.
Apreté el botón verde del teclado del celular y me llevé el móvil a la oreja.
-¿Dime?.
-Christopher, discúlpame si tienes planes con _______ esta noche, pero te pido que los rehagas.
-¿Qué? ¿Por qué?.
-Bueno, no precisamente rehacerlos. Verás, hice una reservación en el restaurante 'Ralph Lauren' para pedirle matrimonio a Andrea; pero quiero que toda la familia esté presente.
-Pero Zabdiel...
-Por favor, Christopher. Te necesito hermano. Tienes que traer a _______ también.
Suspiré de alivio.
-Está bien. ¿A qué hora es la reservación?.
-A las nueve de la noche.
-De acuerdo, allí estaremos. Adiós, y suerte.
Colgué el teléfono y miré a _______.
-¿Estaremos?-preguntó.
-Zabdiel hizo una reservación en 'Ralp Lauren' para...-me obligué a devolver la mitad de la frase hacía el interior de mi garganta-Para hoy en la noche-y terminé por componerla de otra forma.
-¿Para todos?.
Asentí con la cabeza una vez más.
-Pero no te preocupes-dije-Nuestros planes no se ven interrumpidos, no si recorremos la hora un poco. ¿Recuerdas? ¿Películas y palomitas?.
Me sonrió complacida.
Terminamos de comer y salimos en busca de alguna película para mirar en la sala de _______. Llegamos hasta un video club cercano y _______ se dirigió inmediatamente hacia las películas románticas, seguro ya tenía una en mente. La seguí a paso largo, entre sus manos tenía una película llamada 'The notebook'.
-¿Me creerías si te digo que nunca la he visto completa?-torció el gesto.
-Veámosla entonces-até mi brazo a su cintura y ella me dio instantáneamente una sonrisa.
No era muy fanático de las películas románticas, prefería algo más cómico. Pero un deseo de _______ para mí era una orden.
Nos dirigimos hasta el mostrador para pagar la renta de la película.
-Por un día, por favor-le señalé al joven situado tras el mostrador.
Recibió mi dinero y me dio el cambio junto con la película embolsada en una bolsa de plástico con el nombre de la tienda grabando.
-¿Hasta qué hora tenemos?-preguntó al salir de la tienda.
- Zabdiel hizo la reservación a las nueve de la noche, creo que sería buena idea terminar hasta las ocho; así te alcanzas a arreglar. Si a eso te refieres.
Asintió con la cabeza y se quedó pensativa por un segundo.
-¿Arreglar? ¿Es un restaurante elegante?-hizo un mohín.
-Sí.
-Genial-resopló-Volveré a usar vestido.
Solté una carcajada.
-No recordaba que no te gustaba usarlos; pero ¿sabes?. Te veías hermosa en aquel vestido violeta que usaste la noche de nuestra primera cita.
Me miró de prisa y en sus mejillas apareció esa pincelada rosa que tanto me gustaba.
-¿A eso le llamas cita?. Me trataste horrible-se quejó.
-Lo siento, pero lo cierto es que no pude hacerlo bien, ¿recuerdas que te presté mi chaqueta porque tenías frío?. No soportaba verte sufrir por algo-me encogí de hombros.
Me miró de una forma que hizo que la luz que desprendían sus ojos se infiltrara hasta la parte más oscura de mi interior.
-¿Realmente eres mío?-suspiró.
-Para siempre, ¿recuerdas?-besé sus cabellos.

Las alas de mi Ángel >Christopher Vélez y Tú< (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora