Yo quedé boquiabierta y fue inmediatamente a mi oficina, la cual ya estaba abierta y entré. Ahí estaba Lucy sentada en mi silla y Bianca sentada en uno de los sillones rojos molesta. Lucy se levantó de la silla y se dirigió hasta donde yo estaba.
—¿Te gustó la sorpresa?—me preguntó juguetonamente.
En esos momentos estaba muy molesta con ella, en eso entró Doménico para ver a Bianca sentada, ella al mirarlo se quedó en shock. Se notaba que para ella no se esperaba verlo ahí.
—¿Qué haces aquí Bianca?—preguntó Doménico mientras la veía preocupado.
—Eso no es de tu incumbencia—dijo ella muy cortante.
—Pero…—dijo él realmente dolido.
—¡No es de tu incumbencia!—gritó ella.
—¡Si lo es!—gritó Doménico.
Yo sentía que debía irme así que me dirigí a la puerta pero Lucy me lo impidió con el brazo, yo traté de quitarlo pero era inútil.
—Quédate que esto se va a poner interesante—dijo ella con una malévola sonrisa.
Estuve ahí sentada en el sillón un buen rato mientras sentía que con un cuchillo podía cortar la tensión que se sentía.
—¿Y nuestra hija dónde está?—preguntó Doménico molesto.
—No es de tu incumbencia—dijo ella con los brazos cruzados.
—¡Qué no sabes decir otra maldita cosa!—gritó Doménico.
—Eso no te concierne. ¿Mejor?—preguntó ella burlona.
—¿Qué paso con nuestra hija?—dijo él con una rabia contenida.
—Deja de decir “nuestra” porque tuya no es—dijo ella molesta.
—¿Qué?—preguntó él sorprendido.
—Que no es tuya.
—Pero hice las cuentas de los meses y si era mía—dijo él molesto.
—¿Hiciste cuentas?—preguntó ella burlona.
—Si porque tenía que estar seguro que era mía—dijo Doménico molesto.
—Pues creo que no te sirvió porque caíste redondito—dijo ella riéndose.
En este punto estaba que me hervía la sangre por lo insensible que estaba siendo esa mujer si es que se le puede llamar así. Me quedé unos minutos viéndola hasta que ella se dio cuenta.
—¿Y tú qué vez?—me preguntó casi escupiendo fuego.
—A una idiota con corazón de hielo, ¿no se nota?—dije con una sonrisa como la que ella le puso a Doménico.
—Por lo menos no soy la idiota que escucha la vida de otras personas para tener una—dijo ella burlona.
—¡Rayos! Tú comentario fue tan rudo…—dije yo sarcásticamente sosteniéndome el corazón como si me hubieran dado un disparo.
Se notó que Bianca estaba molesta por lo que hice porque me dio una bofetada que me hizo caer al suelo. Iba a golpearme más pero Luce le sostuvo el puño y le ordenó a dos sujetos que se la llevaran. Doménico salió de mi oficina realmente molesto, no quise seguirlo porque sabía que él no quería compañía.
Lucy me ayudó a levantarme del suelo y me llevó hasta su casa. Fui a mi habitación pero Doménico había cerrado la puerta con llave como era de esperarse.
Lo malo es que hoy me moría de sueño porque técnicamente dormí unas tres horas, así que cuando fui a la sala de Lucy me acosté en el primer sillón que vi, obviamente que parecía como una animal encallado en una orilla pero realmente tenía sueño.
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Cae Nieve en el Infierno
Fantasy(La historia está siendo editada actualmente) Charlotte Lowell es una chica toda su vida había querido ser una psicóloga forense. Pero el cruel destino hace que muera cuando está en camino a su primer clase. Ella va al cielo pero no es feliz porque...