Capítulo 12

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Ya estaba oscureciendo, despellejé a los lobos y guardé algo de su carne, el resto decidí enterrarla, no quería que el olor atrajese criaturas peores.
Sus pieles las sequé, usando un poco de fuego y sal.
No esto no va a funcionar asi nada más.
Junté las pocas cosas que tenia y me lleve dos pieles.
Estar a la intemperie me dejaría expuesto y no podría descansar.
Tomé un respiro y comencé a adentrarme en dirección a unas montañas, sabia que existían unas no muy lejos en el bosque, lo malo es que estas están atestadas de monstruos, pero un refugio es necesario para poder dormir y una cueva cumple ese cometido con creces.
En el camino junte algunas plantas, flores y hongos con mucho cuidado, había leído algo de herboristería en la biblioteca, tal vez podría darles uso, no hay que subestimar a las criaturas inteligentes, quedo demostrado con los lobos.
Llegué a una cueva, era extraño ya que aún no estaba en las montañas, faltaba un tramo. Esta era una hendidura en la tierra, habían algunas piedras apiladas alrededor dándole la forma de una cueva. Tenía un mal presentimiento, sin embargo no hay de otra si quiero sobrevivir.
Luego de inspeccionar la cueva por fuera, no encontré nada extraño. El sol no estaba lejos de abandonar el cielo por completo, así que hice una antorcha y entre a esa cueva.
Al comienzo no encontré nada extraño, un par de huesos y alguna que otra herramienta humana, si todo normal.
Me adentre un tramo algo corto y pude ver huesos frescos de algún animal.
Esto me da mala espina. Parece que estoy siendo muy codicioso.
Sin embargo, no tengo muchas opciones y también tengo que idear un plan dependiendo del enemigo.
Me detuve en seco y lancé la antorcha unos metros más adelante, antes de ello encendí otra para no quedar a oscuras. Estaba ya en el final de la cueva y por lo que podía ver, el dueño de casa aun no había regresado.
Pude soltar un respiro de alivio, luchar en la oscuridad sin ver al enemigo, seria una gran desventaja.
Existe la magia de luz, pero no quiero gastar mi energía en ello si es posible y en una cueva, usarla de imprevisto podría cegarme por un momento, hasta que los ojos se acostumbren.
"Bien, es hora de usar el conocimiento de mi otra vida".
Tenía un plan, había traído algunas cosas en mi bolsa, cuerdas, un rollo de alambre medio grueso y de fácil manipulación, algunos utensilios de cocina, confección, algunos paños, también algunas bolsas de mano para cosas pequeñas, una olla, un machete, algunos clavos y herramientas necesarias.
Lo primero que hice fue mediante la cuerda, hacer una red pequeña de campanillas, eso me ayudaría a evitar ser emboscado, luego hice un tendido desde la mitad de la cueva usando el alambre, todos conectados entre si, llegando a estar no muy lejos de mi alcance.
Tras terminar esos preparativos, decidí preparar unas antorchas y comencé a preparar las plantas que antes había obtenido.
También por las dudas, hice algunas maderas con clavos en tres lados, lo que imaginaba a la hora de hacerlos y el resultado, diferían demasiado, pero mientras cumpla el objetivo esta bien.
Habían algunas cosas que tenia que hacer con fuego, sin embargo el humo de las antorchas y el fuego me sofocarían, así que tendré que esperar hasta la mañana e intentar hacerlo por fuera.
Una de las campanillas comenzó a sonar, luego otra y otra, algo se acercaba.
Tape el agujero que había cavado y lo tapé con una de las pieles.
Aun no sentía el alambre tensarse, no estaba a mi rango.
¿Qué diablos me encontraré ahora?.
Tengo que usar la cabeza, al menos las historias de fantasía en mi viejo mundo pueden ser útiles.
Sostuve mi espada en mano, luego la volví a la vaina.
No, en cuevas usar una espada es contraproducente, si esta golpea la pared en el encuentro, puede significar mi muerte.
Al dejar ese pensamiento, saque una daga y recorde que en lugares cerrados es mejor un escudo pequeño o rodela.
Podía sentir sus pasos más cerca, hasta llegué a sentir su respiración y tras esta un leve gruñido.
Se tensó el alambre y ya podía saber que no estaba para nada lejos.
La mano derecha con la daga al frente y la izquierda a la espalda, no debía dejarla expuesta, ademas de tener un cinturón con bolsillos pequeños en el.
La criatura que entro en la cueva caminaba erguida, tenia un cuerpo peludo y la cabeza parecida a la humana pero con rasgos de un perro o lobo.
Al acercarse a la luz de la antorcha, pude reconocer su cara jadeante, dejando caer saliva de su boca.
Era muy repulsivo de ver.
Esta portaba en su mano derecha, un gran pedazo de tronco, un arma primitiva pero efectiva.
Observé con cuidado este punto, usando esto como referencia, decidí mover mi cuerpo a mi lado derecho, obligando a la bestia, que con cautela me observaba, a mover su cuerpo a mi lado izquierdo, es decir a su derecha.
La bestia gruñó y en ese momento avanzó, de igual manera yo lo hice, apuntando a lanzarme con mayor intención a mi lado izquierdo.
Cuando la bestia llegó a mi y intento balancear su garrote, este golpeo la pared, dejando expuesto el pecho de la criatura, haciendo efectiva mi estrategia, que sin desperdicio de movimientos, dejo mi daga en su cuello, sin embargo era tan duro, que le dio la fuerza a la bestia de lanzar un golpe con su mano izquierda, obligándome a abandonarla.
Había apuntado a su pecho, se movió demasiado bien.
La bestia sacó la daga de su cuello y la lanzó a un lado.
Aun que fallé el ataque, la sangre no paraba de salir de su cuello.
La bestia no desistió y tapando la herida con su mano izquierda, lanzo un golpe con su garrote.
Fue fácil evadir eso, sin embargo tras ello, comenzó a lanzar unos rugidos que erizaron mi piel.
Esa era mala señal, tal vez tenga compañeros, no quiero usar la otra estrategia, así que sin darle tiempo, saque de uno de mis bolsillos, una bolsita, lanzándola en su rostro. Este no dudo en golpearla, dispersando lo que ella contenía.
Tape mi boca a prisa, mientras mantenía distancia.
Lo que lancé era un veneno, no muy potente, que generaba asfixia si se respiraba un poco.
La bestia que lo ingirió de forma directa, se desplomó apretando su garganta con fuerza.
En este punto, saque la espada y acabe con él.
Para mi desgracia, las campanillas comenzaron a sonar y el alambre se tensó.
"Genial, más visitas".

Âme Noire - V. I (Isekai) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora