"Lucha y sobrevive".
Tras esas palabras una diosa me envió a otro mundo tras mi muerte.
Al parecer luego de los dos años, cobre conciencia de mi mismo, siendo quien reencarnaba en un pequeño niño.
Parecía una familia un tanto reconocida, mis ojos de color verde y mi cabello de color rojo, eran el rasgo predominante de mi estirpe.
Mi familia era parte de una nobleza baja, en el dominio de un imperio.
Pese a ser una nobleza baja, poseíamos algo de territorio, un pequeño territorio en comparación a otros nobles, pero este fue dado a mi familia cuando esta fue reconocida como nobleza. Aún así, era un territorio muy alejado de la capital, entre un bosque conocido por sus bestias sanguinarias y un fuerte que nos separaba del reino vecino. Cabe aclarar que siempre existió cierto roce hostil con este.
Bueno esos problemas no tenían que ver conmigo, siendo aun joven y desconociendo muchas cosas, no era momento de involucrarme con estos conflictos aun.
Volviendo a mi familia, era una pequeña mansión o una casa un poco grande, un patio algo extenso con una fuente en medio, una casa de dos pisos con doce habitaciones, esto sin contar otras cuatro que eran estudio, comedor y sala de reuniones. Pensaras que me falto mencionar una, bueno eso es por que la última es solo una biblioteca y no soy alguien fanático de los libros.
Mi familia estaba compuesta por, padre, madre, yo el primogénito y un mayordomo y su esposa nuestra sirvienta.
El primer año que tuve con conciencia, pude solo obtener algo de información y como un bebé dedicarme al aprendizaje de el idioma, escritura y números. Algo normal, aun que siendo un niño y sin otra cosa que hacer fui aprendiendo a gran velocidad, a tal punto que al llegar a los tres años, ya dominaba toda la matemática y el lenguaje necesario, sin embargo a la hora de escribir, era todo un dolor en el trasero, la motricidad del cuerpo de un niño, estaba lejos de llamarse elegante.
Ya a los tres años y viendo mis avances, decidieron que debía aprender algo de etiqueta y algo de piano, la idea me desagradaba, ya que era inútil enseñarle a un niño a usar un piano, para mi sorpresa, fue muy entretenido poder usarlo correctamente. Pasando medio año con ese estudio, se empezó a formar mi enseñanza en algo que hasta ahora me cuesta comprender, hablo de la magia. Al parecer este mundo tiene un sistema mágico, existen monstruos que en su interior tienen piedras mágicas que le dan poder y los humanos utilizan estas piedras, para distintas herramientas. Hasta ahí la explicación es muy bonita, pero a la hora de intentar enseñarme la magia más básica, fue un fracaso.
Mis padres ambos eran buenos magos, si tuviese que usar la misma clasificación que se usa, digamos que de la A a la E alguien puede ser llamado mago. Aquellos que no podían ser considerados magos, obtendrían el rango F. Mis padres por supuesto estaban en el rango B conocidos como excelentes magos y se esperaba que yo siendo su hijo, fuera un mago que podría alcanzar el rango A a una edad temprana, pero el resultado fue que apenas pasaba la evaluación para ser considerado rango E, siendo que al evaluador le tembló el pulso al terminar de ponerle la última lineal a la F para convertirla en una E.
Se podría decir que era rango E solo de nombre, ya que nunca había logrado usar algo de magia.
Mi padre por un tiempo me ignoró, pero según mi madre, era por que el shock le había afectado demasiado, así que ella en cambio me ofreció practicar esgrima, así yo tendría un medio de defensa.
A diferencia de muchas historias de fantasía en mi vida anterior, no existía una clase llamada caballero mágico, un guerrero versado en el arte de la espada y la magia. Si habían algunos magos que conocían algo de esgrima, pero si tenían que centrarse en un combate, el uso de la magia los dejaba desprotegidos y no podrían detener la liberación de energía, para defenderse. Habían algunas magias de instacast (casteo instantáneo) pero eran tan débiles, que en combate real se volvían inefectivas.
Llegue a los cinco años y medio aprendiendo esgrima y de a poco insistiendo en la magia, hasta que un día mi padre, quien llevaba tiempo ignorando mi existencia o directamente al mundo, llego hasta mi con una sonrisa en sus labios.
-Ningún mago nació con el poder. Me tomó mucho tiempo, pero desarrollé un sistema para que puedas al menos crecer como mago de a poco.
Sus palabras eran viciosas, por alguna razón parecía sacado de si.
En realidad, estar obsesionado con la magia también era para mi, no puedo negar que desde que me enteré de su existencia, intente incluso en las noches poder usarla, pero por alguna razón aun si el evaluador decía que mi nivel había aumentado, no podía notar un cambio en ello.
Pero su expresión decía que no debía escucharlo.
No espero mi respuesta y comenzó a reunir su energía, en menos de diez segundos ya había invocado su magia, esperaba algo especial, pero este la lanzó hacía mí sin dudar, en vez de usarla de otra forma.
Esa bola de energía fue directo hacia mí, con el cuerpo de un niño, me era imposible esquivar ese ataque y mucho menos detenerlo.
Una ráfaga golpeo esa bola de energía mágica desviando su trayectoria, aun así esta llego a impactar en mi rostro, dañándolo seriamente.
Mi conciencia se perdió en ese momento.
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Âme Noire - V. I (Isekai) (Completa)
FantasyMorir es solo una parte de la vida, es el clímax de la existencia, tras la muerte yace una nueva vida. "Lucha y sobrevive". Esas palabras me llevaron a despertar, un nuevo mundo, una vida llena de riesgos y sufrimientos. Tras toda esa oscuridad que...