911

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Aquí 911, ¿cuál es su emergencia?

La voz al otro lado de la línea me suena familiar, no puedo contestar, algo me lo impide. Mi voz está en algún otro lugar.

¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Me dejo caer en el piso helado, detrás de mí siento las paredes agrietadas. Me tiembla el teléfono en la mano, no sale ningún sonido de mi garganta. Trago saliva y me aferró al aparato electrónico, siento que se me resbala por el sudor de las manos. Me aclaro la garganta.

Hola...

Es lo único que puedo decir. Tengo que forzar los ojos para ver en medio de la penumbra de la pequeña habitación y confirmo que la llamada no se ha caído. Me aparto con la mano derecha el mechón de pelo que me cubre la cara, siento la pared fría detrás de mí, el sudor recorre mi espalda.

¿Sí? ¿Cuál es su emergencia?

Esta vez la voz suena más desesperada, las lágrimas no me dejan contestarle. De repente escucho un ruido fuera de la habitación, por debajo de la puerta se filtra la luz blanca y veo una sombra pararse justo del otro lado. La luz del pequeño cuarto empieza a fallar. Alguien se acerca, la llamada sigue en curso. Escucho como las bisagras de la puerta rechinan. Doy un grito sordo mientras siento que el teléfono se vuelve polvo.

Cuelgo.

Aquí 911, ¿cuál es su emergencia?

Trinos de atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora