Amaranto

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No toca su torta, de repente se le ha quitado el apetito. Observa alrededor de la cafetería pero lo único que ve son sillas vacías. Una nueva pelea acompañada de disculpas obsoletas. Ya se descompuso el día, ya el sol se ha ido y no queda más que densa niebla. La tarde anuncia lluvia pero no hace más que verla venir y esperarla donde está pues ya no le importa mojarse de la acidez que pronto caería. Mientras todos buscan refugio, se queda allí esperando ver caer las gotas por su ventana. Cielo que no cesa de volverse amarillo y detrás de las montañas, la ciudad no se deja ver. Por el ventanal que reside a su lado aprecia las gotas tan esperadas, el derretir de su propio atardecer.

Algo que tenía asegurado y que ahora desaparece junto con su torta de amaranto. Pensamientos de lulo a través de un colador. Una dulce mermelada esparciéndose en sus labios pero que se va con el amargo de un tulipán. Tierna sonrisa de sandía perteneciente a un corazón de cristal. Cielo, no me vayas a apartar de tu linda mirada de mazapán. Sigue sentado frente a un plato que ahora está vacío y no termina de entender. Pálida limonada deslizándose por sus mejillas y sobre él una lluvia de amaranto comienza a caer.

Trinos de atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora