Profundo

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Las mareas se llevan lo que el viento dejó, y la lluvia empieza a caer. Un pesado humo inunda la sala que se llena con vapor. Las nubes bajan y el cielo parece desaparecer, mezclándose con el mar. La oscuridad se adueña del lugar y los tiburones empiezan a acechar. Cada vez veo más lejos la orilla, no puedo tocar el suelo. Abajo un cardumen de peces y al fondo los depredadores que esperan devorarlos. La sal se cuela en mis pulmones, obligándome a toser y esperar esa figura que no piensa aparecer. Con el agua al cuello, veo sus ojos brillar de color azul confundiéndose con el mar.

Murciélagos forman una nube sobre la superficie del océano con escalofriantes chillidos al volar. Voces nos gritan desde arriba, nos controlan como marionetas y con solo unos movimientos, nos frenan de escapar. Nos mantienen en la profundidad, en medio de la oscuridad con ojos poseídos de azul que cada vez se cristalizan más. Las burbujas ascienden a la superficie y no nos dejan respirar pues estamos concentrados en la profundidad de unas aguas negras, viendo el acantilado submarino, apuntó de saltar. Los fantasmas no dejan de revolotear, sumergiéndose entre las olas y me da miedo abrir los ojos, no quiero verlos. Nunca amanecerá, seguiremos esperando la luz para que nos saque de esta pesadilla, ambos estamos nadando hacia mar adentro, cada vez más profundo, los peces debajo, los murciélagos arriba y los tiburones detrás.

Trinos de atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora