Capítulo 2

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✧・゚:* Tarde *:・゚✧

El día paso normal, otra vez pase la mitad de mi tiempo practicando con mis poderes y la otra mitad viendo programas de televisión con Eleven, lo que parecía ser su adicción desde que Hopper trajo la televisión para que pasáramos el tiempo

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El día paso normal, otra vez pase la mitad de mi tiempo practicando con mis poderes y la otra mitad viendo programas de televisión con Eleven, lo que parecía ser su adicción desde que Hopper trajo la televisión para que pasáramos el tiempo.

Volviendo al tema de mis poderes, he alcanzado a manejarlos tan bien, que ya no me cansaba con tan solo tener que levantar un salero o un florero.

Podía leer los pensamientos de otras personas por muy lejos que estarán y podía comunicarme con Eleven telepaticamente, pero la chica no podía hacer lo mismo.

Puedo estar dentro de sus mentes viendo sus recuerdos, sueños, pesadillas... Hasta llegar a controlarlos a estos mismos y hacerlos ver cosas. También podía mover los líquidos y hacer una bola conteniendo el humo del fuego, sin embargo, no lograba mantenerlo por mucho tiempo, por lo que la bola explotaba y el humo terminaba por toda la casa, haciéndonos abrir todas las ventanas.

También podía flotar a una pequeña distancia del suelo y una vez, Eleven me tiro algo por sorpresa para ver si podía detenerlo, pero termine haciendo un tipo de escudo azul casi transparente y el florero se estrelló contra este. 

A lo que Eleven, emocionada me quiso lanzar más cosas.

Lo último que sé que puedo hacer, es sentir los sentimientos de alguien al solo tocarlo o meterme en su mente. Eleven era la que me ayudo al principio de esto y siendo honesta, no debió, pues termine adentrándome en sus recuerdos y causando que la chica llorara.

Eso era lo que podía hacer de momento, mas no sabia si podía hacer otras cosas.

La puerta sonó con ese típico toque, mire a la chica para que ella abriera la puerta y lo hizo. Los pasos del hombre era lo que se escuchaban por toda la casa, recorriendo el lugar desde apagando la televisión de la sala que dejamos prendida, hasta llegar al refrigerador para tomar algo.

—¿Qué habíamos dicho? —el hombre al fin habló, de seguro había visto el waffle medio comido de Eleven.

—No hubo aviso —soltó Eleven.

—¿Qué?

—¡No hubo aviso! —exclame yo más alto mirando la puerta y sentándome en la cama, como si lo estuviera mirando a él—. ¡Llegas tarde!

—¡Sí, son las ocho-uno-cinco!

—Se me pasó el tiempo, juró que la próxima vez les avisare —ella me miro y me aviso con la cabeza que saliéramos de la habitación, a lo que abrí la puerta para encontrarme a él sentado en la pequeña mesa con una lata de cerveza a su lado. Nos miro, Eleven se sentó frente a él y yo tuve que quitar el plato con el waffle de mi lugar—. Y son las ocho con quince, no ocho-uno-cinco... Pensé que ya le estabas enseñando eso, Atlas.

—Perdón —deje el plato en el fregadero y me acomode en mi lugar mirando al hombre que nos cuidaba—. Prometo que mañana continuare con las "clases", ¿esta bien, Hop?

El hombre asintio y miro a Eleven para retomar su platica con ella.

—¿Qué habíamos dicho? —se arremango las mangas de su uniforme mientras continuo hablando—: Primero la cena y luego el postre. Siempre. Es una regla, ¿sí?

Nos miro a las dos, a lo que asentimos como niñas pequeñas.

—Bien, a comer.

Quite el aluminio para ver la cena de hoy, a lo que hice una mueca al ver los chícharos y escuche una carcajada por parte de Hopper. Él sabía que odiaba los chícharos con toda mi alma.

—Pensé que habías dicho que hoy tocaba brócoli —con una mueca moví los chícharos con la cuchara y le mire con el ceño fruncido.

—Cambie de opinión —se metió un par de chícharos a la boca y hizo una cara de satisfacción como si estuvieran demasiado deliciosos—. ¡Anda! Ni están tan asquerosos, y son nutritivos, así que te los comes o no habrá postre.

Abrí la boca con ganas de decirle algo, pero me quede callada y mire por un momento los chícharos con asco y luego a Hopper, a lo que me indico con la mirada que lo hiciera. Eleven me dio unas palmadas en la espalda alentándome, tome la cuchara y con ella cogí varios chícharos y con rapidez me los metí a la boca.

—¡Ves! ¡No era tan difícil! —Eleven rió, a lo que trague duro para hacer una cara de disgusto.

—Prefería el brócoli.

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