Atlas ha pasado por mucho desde que desapareció, ha descubierto cosas nuevas sobre sus poderes y le ha quedado claro que podía llegar a ser un peligro si los usaba.
Mike trata de ayudarla a entender que no lo es.
Eso es lo que él piensa.
Esta es la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Wheeler, Mike
Todos en la escuela nos miraron como unos bichos raros, creímos que todos vendrían disfrazados como el año pasado, pero no. Pude soportar la burla de todos, no me importo ya que lo único en lo que pensaba, era en cuanto deseaba que ella haya visto mi disfraz de Cazafantasma.
Si algún día regresaba, podía mostrarle las fotos que me tomo mi madre.
—¿En qué piensas, Mike? —mire a Dustin mientras pedaleaba y regrese la vista a el camino.
—En cuantos dulces nos darán —sonreí, los chicos asintieron y comenzamos a apostar en cuantos dulces tendríamos cada uno en total.
Escuchamos el motor de un auto e inmediatamente miramos para atrás, encontrándonos con un auto azul eléctrico viniendo en nuestra dirección a alta velocidad y tratamos de pedalear lo más rápido que podíamos. Pero al ver lo cerca que estaba de nosotros, tuvimos que arrojarnos con las bicicletas para un lado del camino, rodamos por el suelo y vimos como el auto siguió acelerando, por unos mili-segundos pude ver una cabellera roja.
Una maldita cabellera roja que reconocí.
La noche cayó al pasar de las horas y pasamos de casa en casa pidiendo dulces con la típica frase de "Dulce o truco". Una señora nos confundió con exterminadores, pero de todos modos nos dio dulces.
Lucas no paraba de quejarse de los "3 Mosqueteros" que le acababan de dar y Dustin se puso a defender los chocolates, lo que hacia esa pelea divertida.
Mi cabeza comenzó a doler a lo que me detuve por unos segundos, esperando a que se me pasara. Esto me sucedía algunas noches y no sabía el por qué. La primera vez que me sucedió fue en medio de la cena y el dolor fue tan fuerte que me desmaye, pero con el paso de los días el dolor fue disminuyendo al punto de que solo sentía unas pequeñas punzadas.
Lo más extraño de todo era que sucedía a la misma hora, nunca un minuto de más, ni uno menos. Exactamente a las 9 de la noche.
—¿Estas bien, Mike? —asentí con la cabeza abriendo los ojos, ya que los había cerrado durante el breve dolor—. ¿Seguro?
—Sí, solo fue un dolor de cabeza.
—¿Puedo continuar? Gracias —soltó Dustin mirándonos a los dos, para luego regresar su mirada a Lucas—. Podría comerme un plato entero de nougat.
Salto alguien frente a nosotros asustándonos, escuche las carcajadas de una chica mientras me llevaba una mano al pecho por el susto, sintiendo mi corazón palpitar rápidamente y creyendo haber escuchado a Lucas gritar como una niña.
Vi a la persona frente a nosotros, estaba disfrazada de Michael Myers y al quitarse la mascara, gruñí rodando los ojos.
—¡Demonios! Hubieran visto sus caras —soltó riéndose de nosotros—. ¿Y quién grita así? Sonaste como una niña pequeña.
La pelirroja comenzó a alejarse y cuando estuve apunto de agradecer al cielo, se dio la vuelta mirándonos.
—¿No vienen?
Los tres la siguieron y me quede parado matando con la mirada a esa chica, hasta que tome un profundo respiro tratando de calmarme y fui detrás de ellos.
Y sí, la noche fue arruinada por completo.
Harrington, Atlas
El chico había salido a pedir dulces y no pude evitar sonreír al verlo vestido de Venkman de los Cazafantasmas, se veía demasiado tierno de esa manera. Estaba demasiado molesto por la presencia de alguien nuevo, al parecer de una chica pelirroja llamada Max, la cual no le agradaba para nada.
Caí al suelo en cuanto escuche la puerta azotándose.
—¿Qué pasa? —pregunte preocupada al ver la cara de Eleven, estaba furiosa y se tiro a la cama para cubrir su rostro con la almohada. Mire la hora y mi cara cambio instantáneamente—. Tal vez se le complico algo en el trabajo...
No sé porque lo defendía, Hopper siempre llegaba tarde esperando a que lo perdonáramos.
—¡Lo odio!
Exclamo volviendo a enterrar su cara en la almohada, me acerque a ella y le abracé por la espalda tratando de calmarla. Apenas era nueva mostrando sus sentimientos y cuando algo la ponía demasiado mal, las cosas se le salían de las manos y yo trataba de calmarla, queriendo evitar que algo para nada bueno suceda.
—¿Recuerdas cuando casi me matas con la televisión? —solté sonriendo, ella solo asintió con la cabeza sin desterrar su cara de la almohada—. Estabas tan enojada por qué me comí tus Eggos, que querías arrojarme todo lo que encontraras... Incluso la bañera.
La chica dejo escapar una carcajada, las dos comenzamos a reírnos al recordar lo asustada que estaba de ella y en como le pedía ayuda a Hopper, mas el hombre solo se ocultaba detrás del refrigerador.
Deje de reír en cuanto mi cabeza me dolió, intente ignorar el dolor, pero se hizo tan grande que cerré los ojos con fuerza y caí de la cama para chocar contra el suelo de cara.
—¿Ten? ¿Qué sucede?
En un solo pestañeo ya no me encontraba en la cabaña, la voz de Eleven desapareció y al ver el suelo, vi ese color grisáceo que reconocí al instante. Me levante del suelo desorientada, mire a mi alrededor sin reconocer el extraño vecindario y mis ojos se detuvieron en lo que parecía ser la única persona en este lugar.
Era Will y frente a él, un gran monstruo en el cielo.
El chico estaba tan quieto como una estatua sin dejar de ver al monstruo, llegue a su lado y puse mi mano en su hombro con mis ojos regresando al gigante monstruo.
Y supe que sería peor que el Demogorgon.
—Corre.
En cuanto me vio, me encontré de regreso en la cabaña.
—¡¿Atlas?! ¡¿Estás bien?! —me pareció extraño que me llamara por mi nombre, pues casi nunca me llamaba así.
