✧・゚:* Florista *:・゚✧
Salí corriendo de la clase en cuanto el timbre sonó, mi mochila colgaba de un solo hombro y mi rápido andar hacía que chocara demasiado con mi espalda. Entre al teatro para irme a lo profundo del escenario, justamente para comenzar a acomodar una sabana en el suelo y unas velas con esencia a canela. Chasqueé los dedos por encima de la vela, causando que se encendiera y sonreí cuando después de un rato, el aroma llego a mis fosas nasales.
Había sido extraño tener una vela guardada durante las clases, pues al momento de sacar un cuaderno, tenía que sacar primero las molestas velas causando que algunos me miraran como si quisiera hacer un ritual satánico en medio del salón.
Supongo que el tener una cita después de clases no era tan buena idea.
—Llegaste cinco minutos temprano —soltó el pelinegro, sostenía unas almohadas entre sus brazos.
—¿Cómo estuvo tu día?
—Fue una mierda —reí ante su respuesta, se sentó a mi lado y acomodó las almohadas en el suelo—. Pero finalmente te veo.
—Oh, ¿me extrañaste, Michael?
—Demasiado.
Con desesperación de tanto haber estado separada de él por más de dos semanas, lo jale de la camiseta y lo acerque hacía a mí, para comenzar a besar esos labios rosados y tibios que tanto había deseado volver a probar.
Cuando los Byers se fueron de Hawkins, mis padres decidieron aprovechar los últimos días de las vacaciones para ir a visitar a mi tía en Derry, ya que pensaban que eso me relajaría un poco, aún si sabían cuanto me desagradaba ese pueblo. Así que solo podía hablar con Mike por medio del viejo teléfono en su casa o pedirle monedas a mi padre para poder usar un teléfono público, y al recordar ese año que pase separada de él, sin poder comunicarme por el peligro de ser encontrada, quise acercarlo más a mí.
De un momento a otro, su cuerpo se encontraba encima del mío, mis mejillas se pusieron inmediatamente rojas y sin saber que hacer, debido a que nunca estuvimos así, solo me concentre en acariciar sus mejillas con mis pulgares. No estaba segura si las velas estaban haciendo que el ambiente se pusiera caliente u eran las hormonas haciendo su efecto, pero al abrir los ojos después de mantenerlos cerrados por un largo tiempo, inmediatamente me separe asustada de Mike, sin dejar de ver como las cortinas del teatro se estaban quemando por el fuego de las velas.
Las llamas habían comenzado a crecer por culpa de mis hormonas y del no poder controlar mis poderes ante ese tipo de descontrol.
—¡Mierda! ¡Mierda!
Busque un extintor con la mirada y al localizarlo, hice que volara en el aire para apagar las llamas.
No pasaron más de cinco segundos para que el humo se esparciera por doquier, nos miramos asustados y comenzamos a recoger nuestras cosas lo más rápido que pudimos, antes de que alguien nos descubriera.
Salimos de la escuela casi corriendo y al subir a las bicicletas, comencé a reírme sin tomarle importancia alguna a mi vergüenza. Seguimos pedaleando hasta llegar a casa de Mike, entramos por la puerta del sótano y deje mi mochila caer, sin quitar mi sonrisa de la cara.
—¿Me puedes explicar qué sucedió ahí?
—Cosas extrañas...
[...]
Entre a la casa de mi madre sin necesidad de tocar, tenía las llaves del hogar y podía entrar cuando se me diera la gana, obviamente avisando que era yo para que no llegara frente a mí con una cuchara de madera o un cuchillo. Deje mi mochila en el suelo, subí las escaleras corriendo, entre al cuarto que solía ser de huéspedes y que ahora era mío.
Mis padres aún no saben de su existencia, pensaban que me quedaba en casa de Max y la pelirroja me encubría.
Me deje caer en la cama, sintiendo la suavidad de la almohada contra mi rostro y pude disfrutar de unos minutos de tranquilidad.
—¡Te he dicho que no dejaras tu mochila tirada en el suelo!
Aunque nada dura para siempre.
Tuve que hacer todo un camino de arriba hacia abajo, solo para dejar la mochila en el piso de mi "habitación" y cuando me acosté en la cama, volví a escuchar la voz de mi madre pidiéndome que bajara. Me levante gruñendo con irritación, baje las escaleras llegando frente a ella, viendo como colgaba su bolso en el hombro y sostenía las llaves de su auto en una mano.
—Vamos a la florería.
—¿Ahora?
—Sí, ándale.
Hice un gran esfuerzo para no rodar lo ojos o soltar un gruñido, fui detrás de ella para subirme al auto y solo enfocarme en como el auto iba de camino a la florería. En cuanto nos detuvimos, baje lista para que mi madre tardara unas largas horas viendo flores, solo para terminar escogiendo un feo ramo de flores amarillas y que solo le duran menos de una semana por olvidar regarlas.
Me quede parada al lado de una mesita que tenía un florero con distintas flores de colores, sin dejar de observar a mi madre ir por cada rincón del lugar. Odiaba ir con ella de compras. Clarissa Banner era tan detallista que si encontraba un simple desperfecto, mandaba todo a la mierda. Ella quería que todo fuera concorde a lo que planeo en su mente y algunas veces, llegaba a dar miedo cuando discutía por teléfono.
Los chicos se burlaban de que comenzaba a parecerme a ella y eso en cierta parte me disgustaba, pues prefería ser más como mami Harrington.
¿Cómo serían las cosas si mi madre llegara a conocer a Clarissa? ¿Sería como mi padre y Hopper? Desearía que sí...
De la nada, se me acerco un hombre cerca de los 40. Su cabello era largo de color negro, sus ojos eran verdes azulados y lo que más me llamaba atención de todo, era que se me hacía parecido a otra persona.
—¿Necesitas ayuda?
—Oh no, solo espero a mi madre.
—Bueno, si necesitas algo, estaré por aquí.
—Sí, gracias.
Se alejo para ir hacía una anciana y no deje de observarlo hasta caer en cuenta de que se parecía a...
—Atlas, vayámonos.
«Eso fue rápido» pensé.
Fui detrás de ella, viendo por encima de mi hombro al hombre.
Tal vez solo estaba siendo paranoica, pero por si acaso, mantendría un ojo en ese florista.
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Back Home || Mike Wheeler (PAUSADA)
FanfictionAtlas ha pasado por mucho desde que desapareció, ha descubierto cosas nuevas sobre sus poderes y le ha quedado claro que podía llegar a ser un peligro si los usaba. Mike trata de ayudarla a entender que no lo es. Eso es lo que él piensa. Esta es la...